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Códigos QR para generar conciencia

Chicos de sexto grado de la Escuela Pbro. Brochero de Villa Santa Rosa (Córdoba) llevaron adelante un proyecto de concientización sobre vacunas a través de un novedoso canal de difusión.

La visita de trabajadores del centro de salud para controlar y completar los carnés de vacunación despertó el interés de los chicos de sexto grado de la Escuela Presbítero José Gabriel Brochero. “¿Para qué sirven las vacunas?”, “¿Por qué algunos compañeritos tienen completo el esquema de vacunación y otros no?” y “¿La pandemia desalentó a la gente a vacunarse?” fueron algunas de las preguntas que surgieron.

Al conversar en el aula acerca de esta temática, también aparecieron nuevos interrogantes y miedos en relación con la vacunación, a la vez que quedó en evidencia la falta de información respecto al calendario obligatorio de vacunación que existe en la Argentina. 

A partir de estas inquietudes, las tres divisiones de sexto grado de la escuela, ubicada en la localidad de Villa Santa Rosa, a 90 kilómetros de la capital cordobesa, iniciaron un proyecto de investigación, que les permitió abordar la temática desde distintas áreas. Con el acompañamiento de las docentes en el horario de jornada extendida, los chicos se embarcaron en esta tarea.

Para profundizar acerca de la vacunación, convocaron a una especialista del Programa de Inmunizaciones, dependiente del Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba. Betiana Anabel Sánchez, licenciada en Enfermería, fue invitada a conversar con los chicos sobre el tema. Durante su visita a la escuela, les habló del funcionamiento del programa, en qué casos son obligatorias las vacunas, les contó por qué se colocan en los brazos, por qué es importante vacunarse contra la COVID-19 y de qué manera la pandemia había impactado en la asistencia a los centros de vacunación, entre otras cuestiones.

“Las actividades se fueron desarrollando de manera transversal entre las materias: en Ciencias, investigaban qué eran las vacunas y conocieron el movimiento antivacunas; en Lengua, trabajaban los textos de opinión; y en Inglés, los términos en otro idioma. En Tecnología y Robótica, trabajaron con códigos QR y diseño gráfico”, explica a Convivimos la vicedirectora, María Elena Nieva, quien también se desempeña como docente de Literatura.

Con la información obtenida, los estudiantes siguieron investigando y, finalmente, como parte de las tareas solicitadas, elaboraron cartas de lectores con consejos, especialmente dirigidas a personas que tuvieran dudas o que no quisieran inmunizarse. Tanto entusiasmo les generó la propuesta que pensaron en difundirla fuera de la escuela. 

ALFABETIZACIÓN DIGITAL

Además de la temática, que de por sí generó mucho interés, hubo otro factor que cautivó a los estudiantes y los alentó a participar durante todo el proceso de investigación y divulgación: utilizaron herramientas digitales. 

En dispositivos móviles como celulares y netbooks, iniciaron la búsqueda de información que luego compartieron en murales electrónicos (en particular, con una aplicación que se llama Padlet, que permite diseñar espacios multimedia a los que pueden acceder varios usuarios) y finalmente diseñaron los carteles para pegar en la escuela y en la localidad. 

Como durante las clases habían aprendido a trabajar con QR, que es un tipo de código de barras “evolucionado” que posibilita almacenar información, les pareció bien hacer carteles de este tipo, para despertar la curiosidad de los vecinos.

La cartelería incluyó mensajes como “Vacunarse es ver el futuro. La prevención inicia contigo”, “Tenés que vacunar a tu hijo, hacelo como siempre, los vacunatorios son seguros” o “Ponele el brazo, vacunate para protegerte”. Una vez pegados los carteles, las personas interesadas le sacaban una foto al código QR con sus teléfonos celulares y accedían a las leyendas. 

“Los chicos pensaron las consignas, luego diseñaron los códigos y también se hicieron cargo de explicarle a buena parte del público cómo acceder a ellas”, explica la docente. Por eso celebran que la alfabetización se haya realizado tanto al interior de la escuela como hacia los adultos con quienes se fueron relacionando.

Los afiches fueron circulando por distintos espacios públicos de la ciudad: en la Policía, en los Bomberos, en los comercios y en el centro de salud. Pudieron entregarle un ejemplar al intendente y también al gerente de un banco. Todos quedaron sorprendidos por el proyecto, tanto por el contenido como por la forma que eligieron para replicar el mensaje.

“En grupos de nueve (tres por curso), salían acompañados de una docente a llevar carteles y sociabilizar la propuesta en la localidad”, cuenta María Elena. En las vidrieras y los mostradores de muchos negocios e instituciones aún se los puede ver exhibidos. “Al principio les costaba hablar y contar lo que estuvimos trabajando, pero con tanto entrenamiento, se fueron soltando”, comenta.

Fue tanta la repercusión positiva que generó el proyecto que desde otras escuelas los invitaron a compartir la experiencia, e incluso están pensando en exponerla en la Feria de Ciencias que organiza la institución todos los años. 

CURA GAUCHO

La escuela de Villa Santa Rosa lleva el nombre del “cura gaucho”, como se conoce a José Gabriel Brochero, quien vivió su infancia y adolescencia en esa ciudad, a la que regresó en los últimos años de su vida.

Desarrolló su misión en la zona de Traslasierra, donde fundó escuelas, creó caminos e impulsó la creación de diques, un acueducto y el tendido del ferrocarril, entre muchas otras obras. Subido a su mula malacara, recorrió los confines de su curato, unos 4000 kilómetros cuadrados de valles, montes cerrados y sierras vírgenes.

Canonizado en 2016 por el papa Francisco, fue el primer santo que nació, vivió y murió en la Argentina.

CÓMO COMUNICARSE

Escuela Pbro. José Gabriel Brochero 

[email protected] 

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