Planes climáticos, inventarios de emisiones, programas de alimentación soberana y huerta en casa son algunas iniciativas de las localidades de la red.
Foto: Gentileza Municipalidad de Mendoza
Hay una red en la Argentina que nos conecta, más allá de las diferencias de clima y de paisaje. Que colabora, comparte principios y establece lazos de conocimiento y cooperación frente a un adversario cada vez más presente: el cambio climático.
La Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático (Ramcc) reúne a 225 localidades argentinas. Nació en las Primeras Jornadas Internacionales: Municipios y Cambio Climático, en Monte Caseros, Corrientes, en 2010, y desde entonces coordina e impulsa políticas públicas locales enfocándose en la mitigación del cambio climático, la adaptación a sus efectos adversos y el acceso universal a energía segura, limpia y accesible.
La red presta un asesoramiento enmarcado en el Acuerdo de París, entre otros convenios internacionales, y tiene validación del Pacto Global de Alcaldes por el Clima y la Energía (GCoM), una alianza mundial de ciudades y gobiernos comprometidos con el mismo objetivo.
“Esto fue creciendo desde el punto de vista técnico, y hoy somos el país que mayor cantidad de municipios tiene adheridos al pacto y con planes locales de acción climática”, cuenta a Convivimos, orgulloso, Ricardo Bertolino, director de la Secretaría Ejecutiva de la Ramcc.
PERTENENCIA Y COMPROMISO
Al formar parte de la red, cada municipio se compromete a elaborar a lo largo de tres años su plan de acción climática y comenzar a desarrollarlo. En el proceso recibe el asesoramiento de la organización, que propone el modelo de gestión del GCoM, basado en la participación ciudadana, la descentralización del poder y de la toma de decisiones, la reducción de las desigualdades, el uso eficiente de los recursos y la adquisición de compromisos internacionales con impacto local. La Ramcc se propone reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a un 45 por ciento para el año 2030 y aumentar la resiliencia de las ciudades frente a los fenómenos climatológicos extremos.
“Es un esfuerzo muy grande, pero cada vez más municipios se suman a esta meta global”, señala Bertolino, y destaca que “la respuesta de los municipios es muy importante. Todos ponen sus equipos técnicos, arman planes locales, realizan inversiones con sus propios presupuestos, van financiando acciones de energía, de residuos, de movilidad, participan muy activamente”.
Son las mismas comunas las que pueden reconocer sus problemáticas en temas ambientales y, por lo tanto, las que se organizan, de la manera que les resulte viable, para colaborar en pos de la mitigación y la adaptación al cambio climático.
Por ejemplo, el caso de Camilo Aldao, una pequeña comunidad a 320 kilómetros de Córdoba. La municipalidad redujo el gasto energético de su edificio, pretende alcanzar el cien por ciento de autosuficiencia en menos de un año y devolver lo sobrante a la red. Instaló 26 luminarias led que incluyen paneles solares de alta eficiencia y calefones solares térmicos para los sistemas de agua caliente sanitaria.
La ciudad de Mendoza, que forma parte de la Ramcc desde junio de 2016, fue el primer municipio del país en declarar la emergencia climática en enero de 2020. Realizó el inventario de GEI de 2013 a 2018, creó un comité municipal para tratar temas como la movilidad sustentable, las plazas libres de humo, la prohibición de bolsas y plásticos de un solo uso, y la conservación de la fauna silvestre, y diseñó una estrategia de mitigación y adaptación ajustada a cada factor de emisión de GEI, entre muchas otras acciones.
“La ciudad de Mendoza no escapa a los impactos del cambio climático”, manifiesta el intendente de la ciudad, Ulpiano Suárez, quien además señala las fragilidades inherentes a sistemas ambientales estructurados por el recurso hídrico. “Se plantea también posicionar a la ciudadanía como principal músculo en la lucha contra el cambio climático. En este sentido, el involucramiento y empoderamiento de los vecinos de la ciudad de Mendoza es un eje central para nuestro gobierno”, agrega.
Otras ciudades de la Ramcc son Gualeguaychú, que ideó el Plan de Alimentación Sana, Segura y Soberana para contribuir a un nuevo modelo productivo de alimentos y el Plan Energético Sustentable y ya digitalizó los trámites municipales; y Gobernador Maciá, que implementó el programa Huerta en Casa y se sumó a la Red de Voluntarios para la Acción Climática. Ambos municipios entrerrianos tienen un alumbrado público eficiente, plantan árboles nativos y realizan la gestión integral de sus residuos.
Por su parte, la ciudad de Correa, en Santa Fe, pone el acento en el reciclaje premiando a sus ciudadanos en el Ecocanje: recuperó en 2020 más de 3500 kilos de residuos. En la misma provincia, la Municipalidad de Rafaela trabaja junto a las cooperativas de recicladores urbanos, y la comuna de Arteaga lleva adelante un plan de forestación en las calles del ingreso a la localidad. Los ejemplos se suceden a lo largo de todo el territorio nacional.
OPORTUNIDADES
“La Argentina tiene oportunidades que son impresionantes para alcanzar la carbononeutralidad: la reforestación o la regeneración de muchas zonas del país, y además puede producir energía para exportar de una calidad impresionante sin casi emisiones GEI”, asegura Bertolino. Pero no todo es color de rosa en la lucha contra el cambio climático.
“El principal desafío hasta ahora viene siendo el tema del financiamiento. Lo comprometido internacionalmente, en cuanto a fondos y tecnología apropiada, a los países como el nuestro no está llegando todavía. Entonces estamos focalizándonos mucho en movilizar recursos, como con el fideicomiso”, explica.
Ese fideicomiso permitió en noviembre comprar de forma colectiva luminaria led para nueve municipios, lograr así un mejor precio y adquirir el doble de las luminarias que se habían presupuestado. “Y lo más importante es que a veces los municipios no tienen quién los asesore técnicamente en las tecnologías más eficientes, y el fideicomiso cumple ese rol, tanto técnico como financiero”, concluye Bertolino.
MÁS EMPLEOS VERDES
La Ramcc conformó, entre otras iniciativas, la Red de Voluntarios para la Acción Climática, donde ya se anotaron unas 3000 personas; el Sello Ramcc, que certifica a grandes empresas; y la Red de Emprendedores Verdes, que nuclea a pymes comprometidas en reducir el impacto ambiental hasta niveles sustentables que también cumplen con un salario justo, igualdad de oportunidades y buenas condiciones laborales en general. Hoy la red ya registra 171 emprendimientos con empleos verdes en nuestro país.