ยฟCuรกl es el sentido de la escuela en tiempos de Google? ยฟEs esta la era de la informaciรณn o la era del conocimiento? ยฟCuรกl es el rol de los docentes en la maraรฑa de buscadores de la red virtual?
Fotos. IStock
En el siglo 21, la ubicuidad de Internet y el acceso en un clic a cientos de millones de datos convierten en vรกlida la pregunta del milenio: ยฟpor quรฉ sobrevive la escuela si โtodoโ estรก en Google?
โLa escuela es un lugar de encuentro que, en parte, no en su totalidad, compensa la diversidad de trayectorias que genera la desigualdad. Cuando un chico en su casa tiene dificultades de cualquier รญndole, en la escuela encuentra espacios de contenciรณn donde compartir con otros. Esta es una funciรณn muy importante que le sigue dando sentido a la escuelaโ, explica Rebeca Anijovich, profesora de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad de San Andrรฉs. En otras palabras, la escuela permite tramitar demandas imperceptibles en un poderoso espacio social y comunitario de encuentro.
โLa escuela no es el รบnico lugar en el que los chicos adquieren informaciรณn. La informaciรณn hoy la podemos encontrar en Internet, donde tenรฉs respuestas a millones de preguntasโ, sostiene Anijovich, formadora de formadores.
Internet ofrece datos al por mayor, pero no educa, no habilita preguntas ni humanidad. Tampoco garantiza el acceso universal al conocimiento, que sigue siendo el pilar fundamental de la escuela. โEn principio, la escuela no tiene como รบnica misiรณn la transmisiรณn de informaciรณn, pero sรญ la formaciรณn, el trabajo entre pares, el establecimiento de vรญnculos, de relaciones entre estudiantes, con la comunidad educativa, con los docentesโ, enumera Anijovich.
Transmitir historia y cultura tambiรฉn es parte del hecho educativo, porque, apunta Anijovich, no es posible que cada generaciรณn โempiece de ceroโ.
โUna parte de la funciรณn es ahorrar un recorrido. Entonces aparece la pregunta sobre los modos en los que estamos enseรฑando o los modos en que deberรญamos enseรฑarโ, subraya.
APRENDER JUNTOS
Carlos Skliar, investigador principal del Conicet y vicepresidente del Centro PEN (Poetas Ensayistas y Narradores) de Argentina, habla del โreinado del aprendizajeโ que se popularizรณ con frases como โaprender a aprenderโ, que subestiman el papel de la enseรฑanza o ponen al educador en un papel lateral como โsi fuera solo un intermediador o una especie de SOS del alumno, en una relaciรณn mรกs clientelarโ.
โSiento la necesidad de dar una respuesta mรกs contundente a la idea del aprender y a esta idea del mundo como una mรกquina informativaโ, apunta Skliar. Se refiere, por un lado, a la industria de la informaciรณn mediรกtica y, por otro, a la imagen del mundo a disposiciรณn en una relaciรณn individual y solitaria de aprender.
โEl argumento de que todo el mundo aprende por su propia decisiรณn, por sus medios, no solo serรญa desigual, sino que tambiรฉn crea la sensaciรณn de que no hacen falta la escuela y los educadores, que no hace falta la enseรฑanzaโ, explica el investigador.
En cierto sentido, el universo virtual crea la imagen de una escuela sin espacio especรญfico, sin paredes, horarios ni educadores. โHay un par de hipรณtesis que no comparto: que el mundo sea una mรกquina informativa y nada mรกs, y que la escuela sea solo un lugar para aprenderโ, dice.
โUn alumno debe ser capaz de usar la informaciรณn para analizar un problema, hacer propuestas, y plantearse nuevas preguntasโ.
Rebeca Anijovich
El aprender no es un tรฉrmino genรฉrico, apunta Skliar, sino que existen muchas formas de hacerlo. โLa idea que mรกs me gusta es la de aprender juntos; es lo que ofrecen las escuelas. Aprender pรบblicamente, con otras y otros, de una conversaciรณn, de otras generaciones, aprender por las diferencias, no en una relaciรณn directa con la informaciรณnโ, remarca.
Se aprende en un museo, en la calle o mirando una pelรญcula. Pero es la escuela, en su forma transversal, demo crรกtica, pรบblica, donde se aprende de forma mรบltiple. Es decir, la escuela no es el รบnico lugar donde se aprende, pero allรญ se aprende de otro modo, se genera conocimiento, puntos de vista, formas de exposiciรณn a la realidad, afectividad. โEl aprender no se refiere solo al conocimiento y mucho menos al conocimiento utilitario, al conocimiento de la รฉpoca, que determina lo que vale la pena y lo que no. Si fuera asรญ, esta รฉpoca ya habrรญa descartado el arte, la poesรญa, la filosofรญa y tantas otras cosas. Lo que considera esta รฉpoca relevante para aprender es un concepto de preparaciรณn para el futuro. En este aspecto, es una lรญnea muy angosta, es un aprendizaje muy estrecho. La escuela no tiene que prestarse servilmente a esas demandas y exigenciasโ, advierte Skliar.
ยฟTiene sentido enseรฑar y aprender fechas, nombres y detalles histรณricos si Google estรก allรญ para recordarlos? โEsa es la pregunta mรกs difรญcil, porque creo que descansamos y, por conveniencia o por pereza, no recordamos porque creemos que todo estรก en Internet. Yo tambiรฉn busco en Google datos, fechas y lugares que no recuerdo, no es vergonzoso admitirlo. El problema es en quรฉ conversaciรณn cabe todo eso. No el โpara quรฉโ utilitario, sino quรฉ efectos produce en mรญ saber el aรฑo en que se crea la primera academia griega de Platรณnโ, ejemplifica Skliar.
La cuestiรณn, apunta, es saber quรฉ significan esos datos, quรฉ efectos producen y quรฉ podemos hacer con ellos, quรฉ tienen que ver con nosotros y cรณmo hacen a la comunidad.

LA MEMORIA
Rebeca Anijovich subraya que no se puede aprender de memoria, pero se necesita la memoria para aprender.
โNo queremos que sea el fin รบltimo aprender de memoriaโ, insiste. โCuando aprendรญamos de memoria, era lo รบnico que habรญa; la escuela era el รบnico lugar donde podรญas aprender. Las metodologรญas no eran activas, eras un estudiante obediente que estaba sentadito, callado, que anotaba y repetรญaโ, enumera la profesora en Ciencias de la Educaciรณn y Psicologรญa. No habรญa otras propuestas, pero tambiรฉn eran otros tiempos.
โNo es que antes era mejor y ahora peor, o al revรฉs. Eran las teorรญas de aprendizaje de la รฉpoca, con mucha influencia del conductismo, estรญmulo-respuesta. Eso sucedรญa en ese contexto. Hoy los chicos aprenden por fuera de la escuela, se bajan un tutorial, buscan en el celular un dato, hay otro acceso a la informaciรณnโ, plantea.
Por caso, de nada sirve que un estudiante repita de memoria la definiciรณn de contaminaciรณn ambiental si no puede advertir elementos contaminantes en su entorno.
Un alumno, sostiene Anijovich, debe ser capaz de usar la informaciรณn para analizar un problema, hacer propuestas, plantearse nuevas preguntas, explicar con sus propias palabras, ofrecer un ejemplo. โQuiero que haga eso con la informaciรณn, no que la repita de memoriaโ, remarca la docente.
Carlos Skliar considera que la escuela puede โinvitarโ a los estudiantes โno obligarโ a recordar ciertas cosas de memoria. โMe gusta aprender de memoria poemas, canciones, algunas citas, porque alimentan mi propio lenguaje. Acudir a esa memoria de lo recordado es una forma de expandir horizontesโ, opina el investigador. โPuedo invitar a recordar, a guardar y a registrar โno en la prรณtesis de una mรกquina, no en la extensiรณn de un artefacto, sino en mi propia memoriaโ para que repercuta en mi propia experiencia. Ahรญ creo que tiene sentidoโ, agrega.
La memoria colectiva, por otra parte, habilita la transmisiรณn de tradiciones, rituales hereditarios. El principio de la escritura y de la narraciรณn, recuerda Skliar, fue registrar para que la memoria perdurase.
โLa propia escuela es encuentro de generaciรณn en generaciรณn, con una memoria comรบn, una memoria compartida. Claro que se erosiona con el paso del tiempo, algunas cosas quedan y otras noโ, sostiene. Y concluye: โLa escuelaย no puede ser una puerta que se abre y que se cierra, sino que tiene que poner a disposiciรณn la memoria al mundo. Lo que unos llaman โpasadoโ otros lo llaman โhistoriaโ, pero ahรญ hay otro sentido de la memoria mรกs sustantivoโ.
