Iniciativas como el Censo Global de Mariposas pueden ayudar a conservar esta especie que cumple importantes roles en la naturaleza y cuyas poblaciones se redujeron a la mitad en los últimos diez años.
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Mariposas de los más diversos colores y formas habitan ciudades, campos, selvas y montañas argentinas. Como las flores, a estos insectos muchas veces los damos por sentados. Sabemos que hay épocas en las que abundan y nos gusta apreciarlos, pero no imaginamos que debemos preocuparnos por su conservación.
Las poblaciones de mariposas se redujeron a la mitad en la última década en el mundo, y, en particular, las monarcas occidentales vieron disminuir sus poblaciones en un 98 por ciento de 1997 a 2019, según la Organización Mundial de la Sostenibilidad (WSO, por sus siglas en inglés).
Hay más de 230.000 especies de lepidópteros en el planeta, de las que forman parte las mariposas diurnas y las polillas o mariposas nocturnas. Generalmente, viven un promedio de dos semanas y miden entre uno y doce centímetros de ancho.
Las mariposas tienen varios roles de relevancia en la naturaleza. Dos de los más importantes son ser indicadores de la salud de un hábitat y ser insectos polinizadores que ayudan a preservar la flora natural. Además, protegen a algunas plantas de plagas y son alimentos para pájaros y otros animales.
La zona norte de nuestro país se caracteriza por albergar gran cantidad y variedad de mariposas. Un estudio del naturalista especializado en lepidópteros Ezequiel Núñez Bustos encontró 653 especies solo alrededor del Parque Nacional Iguazú, en Misiones, un número que supera el total de las poblaciones de este insecto halladas en todo el continente europeo.
Las mariposas son muy sensibles a las consecuencias del cambio climático, especialmente en lo relativo a los períodos de floración de las plantas y, por lo tanto, a la disponibilidad de néctar. También se ven afectadas por los pesticidas y fertilizantes químicos, pero, sin duda, el mayor impacto que sufre esta especie es la destrucción de su hábitat debido a, por ejemplo, la agricultura.
“La acción del hombre y una agricultura que no es sostenible destruye las plantas necesarias para las mariposas. Las poblaciones disminuyen porque las orugas no encuentran plantas aptas para su alimentación”, explica a Convivimos Paolo Bray, director y fundador de WSO.
La WSO es una organización no gubernamental con base en Milán, Italia, que promueve un estilo de vida y una producción sustentables en la industria. Junto con varios proyectos de conservación y campañas de concientización ambiental, como el censo global de mariposas, la WSO gestiona programas de certificación internacional, como Friend of the Sea (FOS) y Friend of the Earth (FOE). Ya llevan certificados productos de más de 70 países en el mundo.
CENSO GLOBAL Y CONSERVACIÓN
A estas cuestiones se suma el desconocimiento. Bray, también director de FOE, señala que muchas veces las mariposas son vistas como “amenazas” para la agricultura, y eso contribuye a que se conozca solamente el estado del uno por ciento de todas sus especies.
“Los estudios sobre el estado de sus poblaciones normalmente tienen dificultades para encontrar fondos”, asegura, a lo que se agrega la corta vida de las mariposas y el hecho de que en algunas regiones pueden ser muy pequeñas y estar presentes solo en áreas silvestres y remotas. “La ciencia ciudadana, como proponemos con nuestro censo global de mariposas, puede ser de gran ayuda para obtener más información sobre las poblaciones y tomar medidas de conservación adaptada”, apunta.
La WSO realiza desde enero de este año un censo en todo el planeta en el que todos pueden participar tomando y enviando una foto de una mariposa junto con las coordenadas de posición al número +573102410921 o al sitio web Friendoftheearth.org. WSO clasifica las especies y archiva la información en un mapa interactivo y una base de datos que ayudará a producir estadísticas para promover mejores estrategias de conservación. Hasta el momento, la organización recibió unas 500 imágenes de más de 40 países en todo el mundo, y ya encontró información relevante, como mariposas que están fuera de su área de distribución geográfica normal.
“Colombia es actualmente el participante más activo de Sudamérica, con más de 80 imágenes, pero espero que la Argentina se convierta en el mayor contribuyente”, comenta Bray. Como incentivo, cada mes FOE premia al “héroe de las mariposas” que haya proporcionado el mayor número de imágenes.
MARIPOSARIOS
Además de participar en el censo, WSO insta a hacer un consumo consciente, asegurándose de que lo que uno compra en la industria alimenticia proviene de prácticas agrícolas sustentables. La etiqueta FOE garantiza que en la producción de ese producto se preservó la fauna y la flora silvestres así como los recursos hídricos y el suelo, no se emplearon sustancias peligrosas y se hizo una gestión responsable de los residuos y la energía, con responsabilidad social en toda la cadena.
FOE, junto con la Asociación Polyxena, de Italia, también está llevando a cabo proyectos de conservación para producir mariposas en peligro de extinción en invernaderos y luego liberarlas en gran número de áreas protegidas, como parques nacionales.
En todo el mundo se ven esfuerzos por conservar a las mariposas. En nuestro país, por ejemplo, la ciudad de Buenos Aires plantó en 2019 especies nativas que las atraen en cuatro espacios verdes de Almagro, Balvanera, Colegiales y Villa Lugano. Desde 2014, en el Jardín Botánico Carlos Thays se puede visitar un jardín de mariposas desde 2014. También hay un mariposario en el Parque Temático de la Cruz de Santa Ana, Misiones, con unos 800 ejemplares.
Y existen varias iniciativas individuales, como “La fábrica de mariposas”, en Río Ceballos, provincia de Córdoba, un mariposario creado por una pareja de jubilados. O Sitopia, un emprendimiento de regeneración urbana con sede en CABA, que promueve su cultivo. Entre otras cosas, Sitopia da talleres donde enseña cómo atraer mariposas monarcas al jardín, brinda información sobre su ciclo de vida y cómo favorecerlo.
CÓMO ATRAER MARIPOSAS
Para quienes sueñan con disfrutar de un jardín o patio lleno de mariposas, se aconseja tener plantas nativas con flores atractivas que les provean néctar o semillas. Además de no requerir demasiados cuidados por estar adaptadas al clima y al suelo autóctono, este tipo de plantas serán ideales para estos insectos, que buscarán en ellas alimento y refugio para sus crías. Conviene tener además un lugar con agua al que las mariposas puedan acceder y piedras lisas para que se posen y descansen al sol.