A su manera, ellos también se comunican. Aprender a descifrar lo que transmiten, dentro del contexto adecuado, ayudará a conocerlos más y saber lo que sienten y necesitan.
Ya sea con el cuerpo, la voz o el olfato, las mascotas se comunican con sus dueños permanentemente, incluso cuando están echadas u observándolos. Su lenguaje es rico y muy variado; con cada movimiento de su cuerpo, al oler o emitir sonido está diciendo algo, pero si no se sabe interpretarlos, tampoco se podrá llegar a comprenderlos.
Los perros poseen la capacidad de enviar señales de calma, de agresión, de miedo y muchas más, que siempre deben ser entendidas dentro de las circunstancias en que las emite. Por ejemplo, puede mostrar los dientes para avisar que atacará si se le acercan, pero también si está contento y trata de copiar la sonrisa de sus dueños humanos.
Gran parte de la comunicación que maneja un perro adulto la aprende de cachorro, por eso es necesario que socialice adecuadamente desde pequeño para que aprenda a relacionarse en forma eficaz con otros perros y no se sienta inseguro ni transmita mensajes erróneos.
EL LENGUAJE CORPORAL
Los perros envían indicios sobre su estado de ánimo a través de gestos, posturas y movimientos corporales concretos. Esas señales pueden ser, entre otras:
• De calma. Es la manera en la que transmiten a otros perros o a las personas que no quieren problemas, o que desean que el otro se tranquilice. Los ejemplos más comunes son:
– Acercarse haciendo una curva. Cuando se presentan por primera vez dos perros, generalmente hacen una suerte de rodeo y se huelen por detrás, como una forma amable de saludarse.
– Arquear el lomo y meter la cola entre las patas. Es la posición que adoptan para pasar desapercibidos.
• De miedo. Abarcan la inseguridad, el temor y el pánico. Lo exteriorizan con la cola entre las patas, la espalda encorvada, la cabeza y las orejas echadas. Cuanto mayor sea el miedo que sienta el animalito, más acentuadas serán las señales, con el agregado de jadeos, pupilas dilatadas, temblores, o que orinen o evacúen.
• De agresividad. Las presentan cuando se sienten amenazados o porque se están preparando para una pelea. Las señales defensivas las manifiestan colocando las patas hacia atrás con la cola entre ellas, las orejas también para atrás, la boca abierta, la nariz arrugada y el cuerpo levemente hacia abajo. Las ofensivas avisan sus intenciones de arremeter y las exhiben mostrando los dientes con la boca cerrada o medio cerrada, el cuerpo tenso e inclinado hacia adelante, la cola y las orejas levantadas, los pelos erizados y la nariz arrugada.
LOS LADRIDOS
Si el lenguaje corporal permite entender las intenciones de la mascota, los sonidos que emite posibilitan conocer su estado anímico y fisiológico.
Una de las formas de hacerlo es a través del ladrido. Un perro puede ladrar por muchos motivos: porque se excita al jugar, está contento de ver a su dueño, para defender su territorio y más, pero, como ya se dijo, se lo debe contextualizar para interpretar correctamente su mensaje. Otros de los sonidos que suele proferir son: el gruñido, que lo hace como advertencia cuando algo le molesta; el lloriqueo, cuando precisa ayuda; el grito, cuando sufre dolor o está muy asustado; el suspiro, para aliviar tensiones o manifestar frustración; el aullido, cuando se siente muy solo o abandonado; y el jadeo, para regular la temperatura corporal y reducir el estrés cuando está cansado o con mucho calor.