“Tengo la tendencia a pensar que las cosas hay que desarmarlas, me da como una especie de aburrimiento”, cuenta Mariano Martínez, y confiesa que con Attaque 77, también le pasó. Al escuchar las producciones anteriores, a veces la sensación es placentera, en cambio, en otras siente que deberían deshacer todo y volver hacerlo. Sin embargo, con el tiempo se amigó con la identidad de la banda: “No hay que romper todo y volver a armarlo. Me planteo mucho cómo tener un grupo mejor, con mejores canciones, soy muy obsesivo, pero me doy cuenta de que debo dejar al grupo tranquilo. Es lo que es. A mucha gente le gusta o, por lo menos, a mucha le sirve. Sí es así, es una buena forma de ver todo lo que hemos hecho”, cuenta el guitarrista.
Completan la “banda de rock clásica con una larga historia” Luciano Scaglione en bajo y Leo De Cecco en batería. “Si todavía fuésemos punk, seríamos una caricatura de nosotros mismos”, plantea.
Los más de 30 años juntos trajeron la tranquilidad de sentirse libres para experimentar. “Es fundamental ser uno mismo y no defraudarnos a nosotros. La mejor música que podemos hacer es la que nos sale sinceramente, la que nos nace y la que nos represente, no importa el género”. Por eso, en Triángulo de fuerza, el último disco, plantearon otros paisajes sonoros dentro del rock e invitaron a Vitillo Ábalos y a Peteco Carabajal a compartir “Canto eterno”. Durante la grabación, el santiagueño les aclaró que, aunque él tocara el tema como chacarera, no había dudas de que se trataba de rock argentino. “En nuestro ADN musical tenemos folklore y tango. Las influencias de los artistas del rock se fusionan con lo que tenemos en la sangre. Por eso, tiene su identidad propia, no existe un rock como el nuestro en el mundo”. Sobre si el género sobrevivirá a la llegada del trap y el reggaetón, no tiene dudas: “El rock no se termina nunca”.
Instalado en el Valle de Punilla, en Córdoba, cada viaje a Buenos Aires lo aprovecha para comprar discos de vinilo, ver algún recital o una obra de teatro. “Después me voy de vacaciones a mi casa”, se ríe.
Dice que las sierras le ofrecen el espacio y el tiempo para componer: “Es un ejercicio diario, le hace bien a mi ánimo y a mi cabeza, es mi manera de no enloquecer”.
- ¿El último show que viste?
Paul McCartney. También Los Fabulosos Cadillacs. Cuando los vi, pensé “Qué vivos que están, son una aplanadora”.
- ¿Un recomendado para ver en vivo?
Massacre, en el escenario crean una atmósfera especial.
Attaque 77