Llueve copiosamente y en la calle no hay un alma. Araujo está refugiado bajo el alero de un local cerrado. Sobre la avenida se han formado varios charcos; en ese fragmentado espejo de agua se distingue, deformado, un cartel luminoso. Araujo levanta la vista y descubre, delante de él, la fachada del Banco Río. Película basada en hechos reales que retrata el famoso robo en 2006 a la entidad bancaria.