Con la vuelta de los días cálidos, ya se pueden empezar a preparar los almácigos de verduras y hortalizas. Si todo va bien, tendremos en casa toda una producción.
Un metro cuadrado de tierra donde llegue por lo menos seis horas diarias el sol ya alcanza para tener una minihuerta propia. Y no hace falta que sea en un jardín, ya que hay variedades que crecen muy bien en canteros y macetas amplias.
Antes de sembrar es importante preparar la tierra para que esté lo más aireada y nutrida posible. Eso se logra mezclando dos partes de tierra negra con una parte de turba, una de compost o humus de lombriz, y una de perlita, para que la tierra no se apelmace.
¡A SEMBRAR!
Tomates: llenar vasitos descartables con tierra hasta la mitad y en cada uno hacer un par de agujeritos en la tierra de dos centímetros con el cabo de un lápiz, para dejar caer dentro una semilla. Cubrir con tierra y regar en forma abundante sin encharcar. Es importante que las futuras plantitas estén en un lugar cálido y protegido, por ejemplo, junto a una ventana donde dé el sol, y que no les falte riego. A los 15 días comenzarán a salir los primeros brotes.
Cuando las plantitas alcanzan los cinco centímetros, se las puede pasar en forma individual a un envase más grande, enterrándolas a la altura del nacimiento de las primeras hojas. Al llegar a los ocho centímetros es momento de pasarlas al receptáculo definitivo, ya sea una maceta amplia o el jardín. Es fundamental poner un tutor para ir atando la rama principal a medida que crece en altura. Si la planta recibe abundante sol y riego frecuente, se pueden empezar a cosechar tomates a los dos a tres meses de la siembra
Morrones: se siembran en vasitos bajos o en los envases especiales para plantines, haciendo dos orificios de medio centímetro cada uno, donde se dejarán caer las semillas. Se tapan con tierra y se riegan con cuidado sin encharcar. Al igual que los tomates, a los 15 días ya estarán saliendo brotes que requieren riego abundante y al menos cinco horas diarias de sol. Cuando las plantas tienen cuatro centímetros de altura, se las puede trasplantar a un receptáculo más grande (no hasta la altura de las hojas como en los tomates, sino en la misma posición que tenía en el semillero). A los ocho centímetros se pasan al lugar definitivo, una maceta amplia o directamente en la tierra. Los primeros frutos se logran a los 70/85 días del trasplante definitivo.
Berenjenas: se colocan tres o cuatro semillas por semillero (es una planta a la que le cuesta brotar). Como necesitan bastante temperatura, al principio conviene dejarlas cerca de una ventana donde entre sol. Los primeros brotes aparecen a las dos o tres semanas como máximo y el trasplante se hace cuando la planta alcance los cinco centímetros. Los frutos se obtienen a las 12/16 semanas desde que germinan las semillas, siempre y cuando la planta reciba buen riego y una temperatura que idealmente no sea menor a 17° ni superior a 34°. Esta planta necesita un mínimo de seis horas diarias de sol fuerte con riego abundante y frecuente.
ALGUNOS CONSEJOS
Adam Fridman, de Ohana Huertas, un emprendimiento especializado en el armado y el mantenimiento de huertas orgánicas, da algunos consejos:
• Los semilleros se pueden poner al sol y cubrir con un plástico transparente para crear un efecto invernadero. Esto ayuda a que las semillas broten más rápido.
• Con temperaturas superiores a 20° es necesario regar la huerta a diario, e incluso dos veces si las temperaturas son elevadas.
• Los tomates cherry y perita son los más rendidores por la cantidad de frutos que dan.
• Para tener una huerta en el balcón, hay cajones de madera muy estéticos que permiten un buen rendimiento. Solo es necesario contar con cuatro horas de sol en invierno y seis en verano.