Muchas personas tienen el hábito de dormir por la tarde. Sin embargo, esto puede beneficiar a algunas de ellas y perjudicar el sueño en otras.
Por Alejandra Clutterbuck
Parece ser el plan perfecto para una tarde de lluvia y frío, pero ¿qué tan beneficiosa es la siesta para las personas? “Por un lado, sabemos que dormir la siesta suele reducir la somnolencia, colabora en la consolidación de la memoria, mejora el estado de alerta y el funcionamiento ejecutivo en general; pero no es recomendable para las personas que tienen problemas para dormir, dado que puede tener un efecto negativo en otros períodos de sueño”, explica el doctor Pablo López, coordinador del Programa de Manejos de los Trastornos del Sueño de INECO. Para quienes opten por este momento de descanso, la recomendación es que sea breve y que se produzca durante las primeras horas de la tarde (antes de las 15). Su duración máxima tiene que ser de entre 20 y 30 minutos para no afectar el sueño nocturno.Además, si se prolonga, se puede producir inercia del sueño luego de despertarse.
“Esto implica mayor estado de somnolencia y dificultades para concentrarse”, aclara López. Quienes tengan problemas para conciliar el sueño no deben dormir siesta, aunque estén cansados.
La siesta sí debe seguirse sin excepción en el caso de los niños pequeños, porque en ellos tiene un rol importante para su desarrollo.
Dormir después de almorzar los tranquiliza, les permite estar más atentos y asimilar de mejor manera lo aprendido.
Higiene del sueño
Quienes no vean afectado el sueño nocturno pueden hacer siestas de 30 minutos. La higiene del sueño consiste en una serie de pautas que contribuyen al buen descanso en la noche. Entonces, para lograr un sueño reparador, se recomienda:
• No beber alcohol antes de acostarse (al menos dos horas antes). Su ingesta antes de ir a dormir da lugar a un sueño poco recompensante.
• No consumir alimentos o bebidas con cafeína antes de ir a la cama (al menos seis horas antes). Sus efectos pueden estar presentes hasta 20 horas después de su ingestión.
• No fumar antes de ir a dormir. La nicotina es un estimulante.
• No comer chocolate o grandes cantidades de azúcar.
• Evitar el exceso de líquidos.
• Hacer ejercicio de manera regular, pero evitar el ejercicio excesivo antes de ir a dormir, porque provoca activación fisiológica.
• Acondicionar el dormitorio para que favorezca el sueño (poca luz, temperatura a 23º, ambiente silencioso, colchón confortable).
EN EL TRABAJO
Numerosas compañías internacionales como Google reconocen los beneficios de una siesta breve y reconfortante. Para favorecer el mejor desempeño de sus empleados desarrollaron espacios de privacidad para descansar unos minutos después de almorzar. Algunos utilizan sillones Energy Pod especialmente diseñados para dormir.