Repensar la relaciรณn entre familias y escuelas โtantas veces idealizada, y, otras tantas, denostadaโ es un verdadero desafรญo. Cรณmo posicionarse ante las configuraciones familiares actuales, la tecnologรญa y las nuevas infancias y juventudes.
Por: Viviana Lorente
Fotos: AFP
Para Isabelino Siede, licenciado y doctor en Ciencias de la Educaciรณn por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y autor de diversos libros vinculados a la relaciรณn familias y escuelas, โuno de los problemas que tenemos es esa aproximaciรณn bastante mecรกnica que encubre cierta imagen mรญtica donde las familias de antes acompaรฑaban a las escuelas, respetaban a los maestros, educaban a los chicos. En cambio, en las de ahora, aparece una visiรณn de contraste como defectuosas, que no educan, no respetan, no acompaรฑan, no reconocen la autoridad, etcรฉteraโ.
โPensar la relaciรณn escuela y familia a esta altura de la historia, inevitablemente requiere pensar quรฉ es la familia y quรฉ es la escuelaโ.
Eduardo Corbo Zabatel
En el recorrido histรณrico que realiza el acadรฉmico, revela que โa principios del siglo XX la situaciรณn de los grupos familiares no era ordenada, armรณnica, estable ni nada de lo que se suponeโ, y las escuelas en โmuchos casos trataban de ser parรกmetros morales de homogeneizaciรณn de los grupos familiares y, en otros casos, intentaban presentar un modelo al cual las familias debรญan acercarseโ.
En esa lรญnea, Eduardo Corbo Zabatel, licenciado en Psicologรญa y docente de la carrera de Ciencias de la Educaciรณn de la Universidad de Buenos Aires, seรฑala que โpensar la posible relaciรณn de escuela y familia a esta altura de la historia inevitablemente requiere pensar quรฉ es la familia y quรฉ es la escuelaโ. Zabatel, ademรกs de dictar clases en la UBA, conduce diversas iniciativas cuyos orรญgenes se encuentran en el proyecto โPadres + Maestros = รxito en la Escuelaโ, que comenzรณ funcionando en el asentamiento Los Piletones de la ciudad de Buenos Aires, y luego se extendiรณ a otras villas de emergencia de la capital, entre ellas, Fรกtima y San Josรฉ.
โHoy los pibes se forman en tres espacios con distinto peso. La familia, que va mutando hacia formas novedosas y complejas; la escuela, que va mutando de una manera bastante lamentable; y el espacio de los medios masivos y las tecnologรญas, que con la lรณgica del mercado no tienen ni la inquietud ni el menor interรฉs de pensar quรฉ pueden aportar de formativo a los sujetos, en la medida en que estos sujetos infantiles son visibilizados en el sistema pรบblico de educaciรณn como clientes. Corbo Zabatel explica que โla escuela en su formato clรกsico estรก en retirada. Los chicos en la actualidad se preguntan para quรฉ ir a la escuelaโ.
โCuando se logra generar un aprendizaje colectivo de participaciรณn, los resultados son mucho mรกs sรณlidosโ.
Isabelino Siede
El especialista realiza, ademรกs, una crรญtica al sistema educativo al sostener que este promete que por el camino de la educaciรณn se asegura un trabajo. โCada vez somos mรกs conscientes de que esto no es asรญ y tenemos que hacernos cargo y saber que estamos vendiendo humoโ, asegura.

VIENTOS DE CAMBIO
ยฟEs posible entonces pensar en una relaciรณn ideal entre familias y escuelas? Para Isabelino Siede no existe un modelo ideal al cual haya que llegar, porque no โse trata de rigidizar las respuestas, sino de ir pensando cรณmo nos posicionamos ante lo nuevo que aparece con las nuevas configuraciones familiares, con las nuevas tecnologรญas, con las nuevas infancias y juventudesโ.
Por su parte, Carla Paparella, coordinadora del proyecto โComunidades de Aprendizajeโ que lleva adelante desde hace cinco aรฑos en la Argentina el Centro de Implementaciรณn de Polรญticas Pรบblicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), cuenta una de las experiencias que se vienen realizando en algunas de las 64 instituciones de los niveles inicial, primario y secundario en las provincias de Salta, Santa Fe, Buenos Aires, Corrientes y Chaco.
Se trata de los grupos interactivos y los describe con un ejemplo: โSe explica algo de geometrรญa y se hacen cinco problemas matemรกticos que se distribuyen en cinco mesas, y los alumnos tienen entre cinco y diez minutos para resolverlos. Padres y madres que asisten como voluntarios a esas clases ayudan a que circule la palabra para que los chicos discutan y asรญ empiecen a ayudarse entre ellosโ.
Si bien reconoce que medir los resultados es complejo, lo que se ha visto a travรฉs de los aรฑos en los paรญses donde se aplica este mismo proyecto es que โcuantas mรกs interacciones, mayor es el rendimientoโ.
Otras de las maneras en que es posible que las familias participen en la comunidad educativa es a travรฉs de acciones que parecen insignificantes. Eduardo Corbo Zabatel menciona que a veces recomienda a los adultos mirar el cuaderno de sus hijos todos los dรญas o que liberen un espacio de la casa durante un horario determinado para que los chicos puedan hacer la tarea. De esta manera, se encuentra un momento y un lugar para el estudio.
Para Siede, la participaciรณn de las familias en el gobierno escolar muchas veces puede empeorar la relaciรณn, aunque al mismo tiempo reconoce que โcuando se logra generar un aprendizaje colectivo de participaciรณn, los resultados son mucho mรกs sรณlidos porque van mรกs allรก de las decisiones personales de cada unoโ.
Corbo Zabatel, que lleva alrededor de 14 aรฑos trabajando con grupos familiares, cuenta que hoy hay chicos del asentamiento que estรกn estudiando en la UBA. โUno podrรญa decir cรณmo estos pibes de la villa cuyos padres apenas tienen educaciรณn primaria, y en algรบn caso secundaria, pueden ingresar a la universidad. Estos padres tienen una alta valoraciรณn de la educaciรณn y hacen por sus hijos unas cosas verdaderamente excepcionalesโ.
Relata ademรกs la anรฉcdota con una de las jรณvenes que participa en el proyecto y que el aรฑo que viene ingresarรก a estudiar Psicologรญa en la universidad: โYo le decรญa que le iba a ser muy cรณmodo, porque tiene que tomarse el colectivo en la esquina y la deja a dos cuadras de la facultad. Entonces ella me respondiรณ con estupor y con una cosa soรฑadora: โยกAh, voy a conocer el mundo!โโ. A Corbo Zabatel se le quiebra la voz y pide disculpas a Convivimos. Respira profundo y prosigue: โElla va a conocer algo que estรก a 25 minutos de su casa. Es triste, es doloroso y me enoja profundamente que asรญ sea, y tambiรฉn me parece maravilloso que nosotros tengamos la posibilidad y la responsabilidad con un grupo de gente joven, de estudiantes, de profesionales voluntarios, que estemos en este lugar para que Camila piense que vamos a descubrir el mundoโ.
EDUCACIรN EN LA ARGENTINA
Segรบn el Observatorio Argentino por la Educaciรณn, que realizรณ un anรกlisis de la cohorte 2011-2016 de los estudiantes que ingresan a la secundaria, cada ocho minutos uno se queda en el camino. Es decir que el 39,3 por ciento de los estudiantes que ingresan en primer aรฑo no llegan al รบltimo en el tiempo esperado.
Cuando los datos se dividen por sexo, se observa que es mayor el porcentaje de mujeres que llega al รบltimo aรฑo del secundario que el de varones, siendo de 68,3 y 53,5 por ciento respectivamente. Entre las hipรณtesis planteadas: que los varones acceden antes al mercado laboral, que los estudiantes perciben que terminar la escuela no les significa tener mejores oportunidades laborales en el futuro y, por รบltimo, que al tener las mujeres un mejor desempeรฑo acadรฉmico, esto las motive para quedarse.
