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Estación meteorológica en la escuela

En un establecimiento rural de Corrientes, los estudiantes miden las condiciones climáticas a diario y entregan la información a radios y canales de televisión de la zona.

Por Magdalena Bagliardelli
Foto Gentileza Sergio Bordón

La inquietud de los niños por conocer cómo se mide la temperatura motivó a un docente a crear una miniestación meteorológica, por el año 1997, en la Escuela N° 527 San José de Calasanz, ubicada en el paraje Rincón de Sarandí, en Corrientes.
Primero consiguieron un termómetro y luego fueron fabricando, de forma casera, los distintos instrumentos para realizar la medición de las lluvias y de la presión atmosférica. Además, construyeron una veleta para conocer la orientación del viento.
A la entrada y a la salida del curso, los chicos realizan registros para controlar si se modifican la temperatura y la humedad. Esos datos van quedando asentados en una ficha individual y a fin de mes conforman una ficha meteorológica general, con informes de la velocidad del viento, la presión y el estado del tiempo.
Toda la información que obtenían quedaba en la escuela; entonces surgió la iniciativa de compartirla con una emisora de radio cercana para que pudiera serle útil también a ella. El primer contacto fue con una FM llamada Nuevo Rumbo, de la localidad de Esquina, a 47 kilómetros. “A las 11.30 le enviábamos los datos al conductor del programa, llamado Mensaje a la comunidad, y él pasaba los datos del tiempo”, recuerda el docente Sergio Bordón.
Desde 2005 hasta la actualidad, utilizan el mensaje de texto como vehículo para transmitir la información a otras emisoras, que en total son alrededor de 25. La central meteorológica de Sarandí, al sur de la provincia de Corrientes, es la única que existe en toda la zona.
“Empezó siendo un proyecto áulico de cuarto a sexto grado. Después se involucraron todos los estudiantes. Y cuando empezamos a pasar la información a emisoras y a dos canales de TV, se convirtió en un proyecto de aprendizaje-servicio, dentro del Programa Nacional de Educación Solidaria”, explica Bordón.
“Viento noroeste 10 km; temperatura 21; humedad 99%; presión atmosférica 996 hp, tiempo lluvioso. Lluvia 70 mm, mínima 17 grados, máxima 22. Miniestación de Sarandí”. Así sale el mensaje de texto redactado por los estudiantes hacia las radios y los canales de TV que están a 50 kilómetros a la redonda de este paraje correntino donde funciona la escuela rural. En grupos de cuatro alumnos, cada una hora salen al patio a realizar las mediciones durante la mañana y van actualizando las cifras del mismo mensaje.
El proyecto abarca múltiples materias: combina Ciencias Naturales, por los fenómenos meteorológicos frecuentes y el clima; Matemática, por las estadísticas, los porcentajes y los promedios que se utilizan para redactar el resumen a fin de mes; y se aplican también contenidos de Lengua. “Con los más chicos empleamos coplas meteorológicas como ‘Al mal tiempo, buena cara’ y dibujamos los tipos de nubes o las condiciones del tiempo. Con los más grandes nos enfocamos en la redacción de los informes”, explica Bordón.
Otro aprendizaje es la observación diaria de la atmósfera. “Tenemos una lámina con los tipos de nubes y qué indica cada una. Por ejemplo, las nubes transparentes, que conocemos como estratos, aparecen entre 12 y 24 horas antes de que se modifiquen las condiciones climáticas”, señala.

“Cuando empezamos a pasar la información a emisoras y a dos canales de TV, se convirtió en un proyecto de aprendizaje-servicio”.
Sergio Bordón

“Muchos chicos tienen aplicaciones del clima en el celular y vienen y comparan con los datos que obtenemos en la escuela, pero generalmente nos acercamos más nosotros que los teléfonos”, cuenta el maestro.
Actualmente, gracias a un premio obtenido en un concurso de Fundación La Nación, adquirieron un sensor electrónico que les permitirá a los niños obtener los datos de una pantalla digital que les provee información sobre humedad, presión atmosférica, temperatura y lluvias. Igualmente, continúan utilizando los instrumentos analógicos para realizar las mediciones, ya que funcionan correctamente y les posibilitan llevar un registro actualizado de las variaciones de las condiciones climatológicas.

LA COMUNIDAD
El paraje Rincón de Sarandí, ubicado en el departamento de Esquina, es una zona habitada por productores de animales. Allí viven 250 personas y, en total, unas 60 familias. Las distancias son largas entre casa y casa. Los 18 chicos que cursan de primero a sexto grado van caminando a la escuela y comparten la misma aula.
La información producida en la escuela es útil tanto para los estudiantes como para todos los habitantes. “Para la comunidad es importante conocer los datos del tiempo, ya que las familias los utilizan a diario”, indica el maestro rural. “Ya saben que cuando hay baja presión, se viene tiempo inestable; y si es muy baja, puede haber tormenta y mayor posibilidad de lluvia”, comenta.
“A los chicos les deja un aprendizaje para planificar su vida diaria. Se van de la escuela con información que les permite decidir si hacer algo al aire libre o cancelarlo si ven que el tiempo no está bueno”, añade.
Por la tarde, en esta escuela construida en la época de Domingo Faustino Sarmiento, 40 jóvenes cursan el secundario. Luego, pueden dar un salto hacia la universidad. “Hay chicos que fueron a estudiar Agronomía y les sirvió muchísimo lo que aprendieron en la escuela y pudieron aplicarlo”, cuenta el docente.

Cómo comunicarse:
Facebook: Escuela de Rincón de Sarandí

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