El Pantanal brasileño es uno de los sitios en los que habita el yaguareté, el felino más grande de América, junto a cientos de otras especies. Hasta allí, a su encuentro, fue la autora de este reportaje.
Fotos Ana Robino Texto Fabián García
El enorme y poderoso yaguareté es sigiloso para cazar y sigiloso para vivir. Es tan silencioso que es difícil encontrarlo en su domicilio del Pantanal Norte, en Brasil, uno de sus hábitats en territorio americano, donde fue realizado este reportaje.Su estilizada presencia suele aparecer de manera fugaz cerca de los cursos de agua, donde acostumbra tirarse a nadar o alimentarse. Incluso, de yacarés.
Viajar a través de los ríos que surcan la zona es una experiencia difícil de igualar. Allí, un mundo tumultuoso de sonidos revela el fulgor de la vida antes de que los ojos puedan ubicar de qué se trata. Es un recodo del planeta donde las señales se convierten en voces.
Ubicado en la región del Mato Grosso, Brasil, es el humedal más grande del mundo, con 340.500 km2. Ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad y Reserva de la Biósfera Mundial.
En esa comarca, junto al yaguareté, viven cerca de 690 especies de aves, 160 de reptiles, casi 300 de peces, 95 de mamíferos y 40 de anfibios.
Aseguran que es un caminante empedernido y solitario que suele moverse en un territorio de entre 25 a 50 kilómetros cuadrados. Las mamás yaguaretés viven de uno a dos años con sus crías, al cabo de los cuales los cachorros –ya adolescentes– parten a hacer su vida adulta. Dentro de la escala de proporciones, el yaguareté es el tercer felino del planeta detrás del tigre y del león.
Sorprende porque su hábitat puede ser el pantanal brasileño o la sabana, la selva tropical o el desierto. En su época de esplendor habitaba toda la extensión del continente, desde el sur de los Estados Unidos hasta el norte de la Patagonia argentina.
Hoy, lamentablemente, es una especie “casi amenazada”, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, lo que implica un riesgo concreto de extinción en el futuro próximo. El problema más importante de su existencia es el empecinado avance de los seres humanos sobre sus ecosistemas.
Mientras, para encontrarlo, más que buscarlo, hay que saber esperarlo.
ANA ROBINO
Fotógrafa de fauna y naturaleza. Sus trabajos fueron publicados en diarios, libros y guías de aves. Participó de concursos y exposiciones individuales en la Argentina y los Estados Unidos. Es integrante del libro Wild, Argentina Salvaje. Instagram: @anarobinofotografía.