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Desayuno:
La comida más importante del día

Expertos aseguran que sin desayuno no podemos arrancar. ¿Por qué será?

Por: Alejandra Clutterbuck

Desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo” es una frase tan conocida como cierta. El desayuno es la principal comida del día después del ayuno nocturno que se produce mientras dormimos. Ese combustible mañanero es fundamental para que el cuerpo afronte las actividades de la jornada. Para la licenciada Valeria Morán, nutricionista especialista en obesidad y trastornos alimentarios (MN 2234), todas las personas tienen que desayunar, sin importar la edad, porque el cerebro funciona con glucosa. A la mañana, después de dormir un promedio de ocho horas, la glucemia –que es el azúcar en la sangre– es baja. Entonces, para tener energía y que las neuronas puedan alimentarse de glucosa, es necesario ingerir alimentos. ¿Cuáles? Son infaltables los hidratos de carbono y las proteínas. Morán considera beneficioso incorporar una fruta cruda y con cáscara, que aporte fibra y genere saciedad.

Aunque las estaciones del año cambien, la variación del menú depende de los gustos de cada uno. Exprimir jugo de naranja en invierno para sumar vitamina C, tomar infusiones frías en verano, comer yogur o huevos son algunas opciones.

Otro destacable beneficio del desayuno es que coincide con el momento de mayor trabajo metabólico del organismo. Esto quiere decir que esa comida se quema con más facilidad. La licenciada en Nutrición Débora Sosa (www.deborasosa.com.ar) explica que todo lo que consumimos a partir de las siete de la tarde engorda más que si lo comemos en la mañana. Esto es así porque el ciclo del cuerpo se prepara para el descanso a partir de esa hora de la tarde, y por lo tanto el metabolismo basal disminuye.

NO SALTEAR
No desayunar prolonga el ayuno nocturno, con lo cual no recargaríamos las energías necesarias para realizar las actividades de la vida cotidiana. Esto se percibiría en una baja del rendimiento y un cansancio anticipado. Sosa aclara que si un día no desayunamos, probablemente no nos demos cuenta del cambio. El problema se hace visible cuando no desayunar se vuelve una rutina en la que no se come nada hasta el mediodía. En esa circunstancia, el cerebro continúa alimentándose de la glucosa del organismo, pero con el correr del tiempo esta puede escasear. ¿Cómo se percibe esa falta de glucosa? Con carácter irritable, cefaleas y poca concentración.

Tampoco es una buena idea juntar el desayuno con el almuerzo en un brunch. La recomendación es realizar las cuatro comidas con intervalos apropiados entra cada una para mantener la curva de glucemia normal. Así el organismo puede funcionar bien y el cerebro no lo padece.

4 OPCIONES MAÑANERAS

Un desayuno completo debe incluir las proteínas y el hidrato de carbono. Las primeras podemos obtenerlas de los lácteos; y los hidratos, del pan, las galletitas o los cereales. A continuación, cuatro menús para la mañana con opciones dulces y saladas:
• Una infusión (café con leche, jugo de naranja, yogur bebible), tostadas con queso blanco, mermelada y un trozo de manzana.
• Una infusión y una tostada con una feta de queso de máquina, o un yogur con cereales y arándanos frescos.
• Una infusión, un omelette (con una yema y dos claras) con jamón y queso, y un trozo de pera.
• Una infusión, una tostada con un huevo revuelto y palta.

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