No todos los chicos reaccionan del mismo modo cuando les anunciamos que van a tener un hermano. Cómo acompañarlos para que transiten de la mejor manera esta nueva situación.
Por: Alba Palavecino
El anuncio de que un bebé está en camino constituye en cualquier niño un verdadero acontecimiento; y si bien cada reacción es singular, de seguro despertará en él emociones intensas.
En algunos habrá entusiasmo porque deseaban tener un hermano, pero también podrían surgir enojos, angustias, celos o miedo de sentirse desplazados por el que está por llegar o de dejar de ser tenidos en cuenta.
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Cualquiera sea el caso, somos los padres quienes debemos ir preparando el terreno desde el comienzo de esta nueva etapa, a fin de que puedan ir adaptándose e involucrarse en el proceso.
Para la doctora Constanza Duhalde, docente e investigadora de la Facultad de Psicología (U.B.A.), “la llegada del segundo hijo es lo que transforma esta tríada en una constitución de familia con una dinámica más compleja, y eso siempre es bienvenido, porque lo complejo enriquece”.
¿CÓMO SE LO DECIMOS?
Cuando Micaela Contreras se enteró de que estaba embarazada de Juana, su marido fue quien quiso transmitirle la noticia a Oriana, que tenía dos años recién cumplidos: “Él le contó y me puso la mano sobre la panza, pero Ori mucho no entendía; últimamente estaba muy pegota y me saltaba encima; le dije que no lo hiciera, porque estaba el bebé, y ahí se dio cuenta y no lo hizo más”, cuenta Micaela.
Duhalde explica: “Suele ocurrir que los chicos les dan antes la noticia a los padres, porque en general tienen mucha percepción de lo que ocurre, más allá de lo que uno les dice o no les dice. Pensar que no se dan cuenta de las cosas porque no lo ponen en palabras o porque uno no se las dice es erróneo”.
En el mismo sentido, la licenciada en Psicopedagogía Liliana Fois opina que “no es conveniente callar la noticia; a veces se espera un poco, pero los nenes perciben cambios en lo cotidiano, entonces está bueno desde el comienzo manejarse con la información y ver cómo los chicos están recibiéndola”.
“La llegada del segundo hijo es lo que transforma
esta tríada en una constitución de familia”.
Doctora Constanza Duhalde
Cuando el niño es pequeño, lo más probable es que no pueda poner en palabras lo que siente, pero sí puede manifestarlo: “A lo mejor los papás advierten que el chico está angustiado, celoso o siente temor a lo que va a perder; ve que su mamá no está ocupada de la misma manera que antes, entonces podemos decirle ‘Yo te veo asíʹ, que no es lo mismo que afirmar ‘Vos sos asíʹ, sino que ‘estoy viendo que te está sucediendo esto y también está este cambio y viene un hermanitoʹ, y contarle las cosas buenas que van a acontecer con él, lo que van a compartir, la importancia que tendrá como hermano mayor”, recomienda la psicóloga.
LAS REACCIONES
Tras conocer que nacería su hermanita Sofía, Agustín –que en ese entonces tenía tres años– se puso muy celoso. “Al día de hoy todavía lo está; estaba muy caprichoso, lloraba, le decías que no y peor se ponía”, cuenta su mamá, Luján Ramírez, y recuerda que retomó hábitos que ya había superado: “Volvió a hacerse pis encima y, ahora que tiene cinco, me dice que él todavía es chiquito y que yo lo tengo que bañar”.
Lo que suele pasar en estos casos, sostiene la investigadora, es que “cuando aparece la idea de otro bebé, la mamá empieza a estar más centrada en ella misma, en el embarazo, y esto inevitablemente trae cambios en la relación, por lo que la reacción de muchos chicos es lo que llamamos ‘regresión’: es transitoria y saludable en el sentido de que no es patológica, por lo que es normal que un nene que dejó el chupete lo pida o que si tenía control de esfínteres lo pierda esporádicamente y después lo vuelva a retomar”.
Para Liliana Fois, se trata básicamente “de una cuestión de celos”, por cuanto considera necesario entender que “siempre atrás de una demanda, hay una demanda de amor: los chicos temen perder ese amor de sus papás, por lo que muchas veces llaman la atención para que pongan la mirada en ellos y no encuentran otras formas más que manifestando estas conductas de tiempos anteriores”.
Los papás somos quienes debemos brindarles opciones que contrarresten esas primeras emociones, para que puedan empezar a comprender todo lo que están por ganar.
Contarles anécdotas familiares divertidas de travesuras compartidas con hermanos, hacerlos participar de los preparativos –proponiendo nombres para el futuro integrante, decorando el cuarto que le será destinado, llevándolos a las ecografías, etc.– son algunas de las posibilidades, así como también leerles cuentos referidos a la llegada del hermanito.
PARA TENER EN CUENTA
Para la licenciada Fois es primordial “respetar sus rutinas cotidianas, abrir espacios personalizados para el diálogo –pueden ser salidas a solas con mamá, con papá o con ambos–, hacerlos partícipes en las actividades que desarrollamos con el bebé dándoles este lugar de hermanos mayores para revalorizarlos, que haya un reconocimiento de la importancia que tienen sus cuidados y actitudes para con su hermano, y de todo lo que realiza en otros ámbitos, como por ejemplo el colegio”.
Por su parte, la doctora Duhalde aconseja “entender que los celos son normales y que ciertas manifestaciones de enojo o agresivas que dicen los chicos son esperables. Cuando la adaptación es perfecta, el nene mayor no manifiesta nada, todo es divino y en todo se adapta, uno podría pensar que hay un proceso que no se deja ver, que está internalizado y que en algún momento puede surgir de maneras más complicadas. En cambio, cuando el nene puede decir cosas como ‘odio a mi hermanito’, ‘es muy feo’ o lo que fuera, está como drenando su enojo por el cambio de su situación, su inseguridad o su preocupación”.
¡YA LLEGÓ!
Un tema importante en relación al momento del nacimiento es que el nene esté cuidado, por lo que hay que pensar con anticipación con quién se va a quedar e ir preparándolo. Asimismo, debemos tener presente que el niño no solo siente temor por cómo serán las cosas para él cuando llegue su hermano, sino que además tiene mucho miedo de que le pase algo a su mamá, por lo que podría mostrarse más inseguro y angustiado.
Será preciso entonces armar una red de contención que incluya al resto de la familia –abuelos, tíos, etcétera–, por lo que es una buena idea que lo feliciten por su nuevo hermanito y le lleven regalitos a él también para que no sienta que pierde protagonismo.
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