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CECI RASPO: “CON EL PÚBLICO INFANTIL HAY QUE SER MUY CREATIVO”

La artista infantil lleva treinta años cantando y jugando con toda la familia. Recopiladora de músicas de todos los tiempos, ahora trabaja con canciones sobre la identidad argentina.
La artista infantil lleva treinta años cantando y jugando con toda la familia. Recopiladora de músicas de todos los tiempos, ahora trabaja con canciones sobre la identidad argentina.

Un día, en la casa de los Raspo, los padres sentaron a sus tres pequeños hijos alrededor de la mesa para preguntarles qué instrumento elegían para tocar. En una familia de músicos de orquesta, convertirse en músico era un camino casi inevitable. Cecilia –que por entonces tenía cinco años– eligió el violonchelo. A medida que crecía, sentarse detrás de un atril no la tentaba. “Ir a ensayar estaba bien, pero estar encerrada en mi pieza estudiando no, para nada. En la adolescencia, más de una vez dije ‘No toco nunca más’. Sin embargo, después volvía, porque era lo que me gustaba, sobre todo me encantaba socializar”, cuenta quien, con el tiempo, cambió la música clásica por el universo infantil.

Hoy es una de las referentes de la música para toda la familia, con ochos discos –dos de su etapa solista– y espectáculos con los que visita teatros y escuelas, tanto en su Córdoba natal como en el país. Lleva treinta años en este camino, en el que ha hecho jugar a varias generaciones. “Me dicen ‘Me acuerdo de tal canción y quiero que mis hijos, incluso ahora mis nietos, puedan ver tu propuesta, por lo íntimo, por la calidad, por la calidez, de lo que ocurre en el escenario’. Que te sigan eligiendo es realmente lindo”, asegura.

  • ¿Por qué elegiste trabajar con infancias?

El trabajo con la infancia es una elección artística y estética más que de socialización. Me formé como solista de chelo, pero cuando empecé a explorar otros ambientes y otras sonoridades, me fui enamorando de la música popular desde otro lugar. Después, cuando encontré el camino de la música infantil, me apasionó, porque me permitió abordar estilos diferentes, no quedarme siempre en uno. Además, el público infantil tiene un encanto, una magia, es diferente al adulto, desde la preparación, la dinámica, el trabajo. Tenés que ser buen músico también, pero es otra forma de arrimar un espectáculo, eso me atrapó, me conmovió más que estar en una orquesta. 

  • ¿Qué desafíos tiene trabajar para el público infantil? 

Voy a generalizar, porque en realidad hay mil cosas para tener en cuenta. Primero, es recomendable que un espectáculo para niños no supere la hora, entonces, en ese tiempo máximo de conexión tenés que engancharlo y administrarle todo tu mensaje. Eso te exige ser supercreativo y activo, estar atento a sus señales e improvisar. También, el niño es muy sincero, si le gusta, se engancha, si no le gusta, se levanta y se va a jugar a lo que sea. El adulto se sienta, escucha todo el show y después en el bar te saca el cuero, pero el niño no.

  • ¿Por qué la palabra “jugar” en tu propuesta? 

Al principio decía que mi música era para niños. Después me di cuenta de que en los espectáculos siempre había adultos, que también se divertían. De esa manera, yo sola estaba limitando mi propuesta, entonces empecé a decir que hago música para jugar y que venga a jugar quien quiera, más allá de la edad. Mi propuesta es para quien tenga ganas de divertirse un rato.

  • ¿El avance de la tecnología afecta la manera de pensar los contenidos? 

La forma de armar contenidos, no. Sí, ahora además de hacer la canción, hay que buscarle la vuelta con un videoclip o subirlo a una plataforma para llegar a otros niños. Hoy en el escenario canto sola, con mi guitarra, sin músicos, y eso funciona bien, porque la propuesta es contundente, se sustenta en sí misma. No hacen falta muchas cosas más para hacer música, y para disfrutar con los niños no se necesita mucha parafernalia. 

  • ¿En qué estás trabajando ahora?

Estoy creando un espectáculo nuevo y, en general, luego deriva en la grabación de un álbum. Me encuentro trabajando con canciones que hablan de nuestra identidad como seres habitantes de este país hermoso que es la Argentina. Busco temas que hablen de la fauna local, del convivir con las plantas de nuestro monte, de nuestro paisaje. Estoy en esa búsqueda de sonoridades argentinas para incluir en mi repertorio.

  • ¿Por qué no componés? 

Es otro trabajo al que simplemente no me dedico. No soy compositora, soy recopiladora. Recopilo el material que ya existe y me gusta decir “Esta canción la hizo Fulano, de tal lugar, en tal época, búsquenlo que es un musicazo”. Es una forma de difundir la obra de otros, y me encanta. Es un trabajo de curaduría, que en este universo es sumamente rico. Es un trabajo de investigación muy grande cuando salgo a buscar el repertorio. Hay muchísima música dando vueltas, pero yo busco que me guste por todos lados. Es un trabajo que cuesta un montón.

 

CAFÉ CON FRÍO 

Para Ceci es temporada de café calentito, porque si es invierno, le gusta tomar café de filtro; en cambio, en verano, prefiere que sea con hielo. “El mate me gusta de cualquier forma, el que menos me gusta es el que tiene edulcorante, que circula mucho en las escuelas y cada tanto me toca uno cuando voy de visita con los espectáculos. Si es amargo, tiene yuyitos o azúcar, me gusta, mientras que sea compartido, está bien”, comenta la mamá de una nena de 8 años y un varón de 21 años.  

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