La Argentina, camino al hidrógeno verde

Este vector energético limpio avanza en nuestro país de la mano de inversiones extranjeras. ¿Cuáles son sus beneficios y qué desafíos plantea?

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El mundo tiene los ojos puestos en la transición energética que avanza a toda máquina, desde la energía tradicional producida por combustibles fósiles hasta otra generada por fuentes renovables. Es en esta transformación que aparece en escena el hidrógeno verde.

Según comentó la embajadora de los Países Bajos en la Argentina, Annemieke Verrijp, en el Segundo Foro Global de Hidrógeno Verde realizado en mayo en Bariloche, “para 2050 se espera que haya una demanda de 20 millones de toneladas de hidrógeno verde, de los cuales Europa solo podrá producir un 50 por ciento, debiendo importar el resto”.

Los estudios internacionales indican que América Latina podría lograr precios muy competitivos debido a los altos rendimientos de las energías renovables. La Agencia Internacional de Energía informa que ya existen quince plantas operativas de hidrógeno verde en la región.

La Argentina, en particular, cuenta con ventajas para su producción: nuestro norte presenta uno de los más altos niveles de radiación solar del mundo y nuestro sur tiene fuertes vientos, lo que implica un gran potencial para las energías solar y eólica, respectivamente. De hecho, se ubica entre los cuatro países de Latinoamérica más desarrollados en esta tecnología.

EN LA PATAGONIA

Cualquier fuente renovable de energía puede emplearse para generar electricidad y producir hidrógeno mediante la electrólisis del agua; es decir, separando las moléculas de agua en hidrógeno y oxígeno. También se puede producir hidrógeno verde a partir de biomasa, como por ejemplo residuos agroforestales. Luego, el hidrógeno puede ser almacenado, transportado y usado otra vez para producir energía mediante celdas de combustible, motores a combustión interna, turbinas y otros sistemas.

Esta tecnología limpia cuenta, sin embargo, con una desventaja: demanda mucha energía para su producción. También puede llevar más de diez años desarrollar un proyecto en su etapa inicial, mientras que los derechos de usufructo pueden llegar décadas después.

Se calcula que para desarrollar este tipo de energía se requiere una potencia de 55.000 megavatios, lo que equivale a unos 12.000 generadores eólicos que podrían instalarse en la Patagonia, según señaló la Federación Empresaria de Chubut.

“Es un tema de enorme trascendencia para las provincias patagónicas”, expresó Juan Carlos Villalonga, miembro de la Plataforma H2 Argentina, con motivo del Foro Transición Energética e Hidrógeno Verde que tuvo lugar en Comodoro Rivadavia, Chubut, en abril. “Las petroleras van a volcarse al negocio del hidrógeno, porque los combustibles fósiles, en poco tiempo, van a decaer notablemente”, completó.

En Diadema Argentina, a unos 20 kilómetros de Comodoro Rivadavia, se encuentra la planta de hidrógeno de Hychico, inaugurada en 2008. Tiene una capacidad total de producción de 120 m3 por hora de hidrógeno y 60 de oxígeno, y están evaluando la viabilidad de almacenarlo en uno de los reservorios subterráneos de petróleo y gas agotados. Como esta, van llegando otras empresas al sur.

“En Río Negro hay un proyecto de producción de hidrógeno verde a partir de energía eólica en el este de la provincia, cerca de la localidad de Sierra Grande, donde está la minera”, mencionó a Convivimos Ricardo del Barrio, doctor en Agronomía, profesor universitario y especialista en cambio climático. La empresa canadiense Fortescue se comprometió a una inversión de 8400 millones de dólares, aseguró que convertirá a la provincia en un polo exportador de hidrógeno verde hacia 2030 y ya está haciendo las mediciones necesarias para instalar parques eólicos que alimenten de energía al emprendimiento.

MEJOR INFRAESTRUCTURA

“La tecnología para producir hidrógeno está desarrollada. El tema es con qué energía la producís. Si no incentivás las energías verdes y seguís subsidiando las energías sucias, va a ser difícil que esto prospere. Por eso es tan importante el marco legal a nivel nacional. Eso excede ampliamente lo que puede hacer una provincia individualmente”, agregó del Barrio.

“La Ley Nacional de Hidrógeno es de 2006. Habría que modificarla, aggiornarla. Se trató de hacer y no se llegó a un acuerdo. Y eso es lo que está esperando la empresa para desencadenar las inversiones más grandes”, continuó.

En septiembre del año pasado, nuestro país publicó la Estrategia Nacional para el Desarrollo de la Economía del Hidrógeno. También se conformó la Mesa Intersectorial del Hidrógeno y se envió al Congreso de la Nación el proyecto de ley de promoción del hidrógeno de bajas emisiones de carbono y otros gases de efecto invernadero, que todavía no fue tratado.

La Estrategia Nacional define que “hacia 2050 la Argentina tendrá una producción doméstica total de al menos 5 Mt (millones de toneladas) anuales de hidrógeno de bajas emisiones. El 20 por ciento estará destinado al mercado local, tanto para la descarbonización de los usos actuales del hidrógeno (industrias del acero, petroquímica y refino) como para atender los nuevos usos (principalmente combustibles sintéticos)”. 

“El 80 por ciento restante, es decir unas 4 Mt anuales, estará destinado a abastecer, a través de exportaciones, el mercado internacional de vectores energéticos de bajas emisiones”, continúa el texto, y advierte que “para alcanzar estas metas de producción será necesario instalar al menos 30 GW (gigavatios) de capacidad de electrólisis y 55 GW de generación eléctrica renovable, lo que implica multiplicar por 11 la generación renovable actual y más que duplicar la generación total de electricidad en la Argentina”. Esto requerirá “una fuerte transformación de la infraestructura”, “corredores viales críticos y puertos”.

La Argentina tiene compromisos tomados en el marco del Acuerdo de París en cuanto al control y la disminución de emisiones. Con la llegada de inversiones, el desafío ahora es tanto la investigación científica como la planificación de políticas públicas que permitan su desarrollo. 

LO QUE PIDE EL MUNDO

Según un informe del Monitor de Hidrógeno Verde del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en 2020 solo el 3 por ciento de la producción de hidrógeno mundial era verde. El resto era casi todo producido por combustibles fósiles sin captura de carbono. En las últimas dos décadas, la demanda de hidrógeno creció un 50 por ciento, pero aun así la producción de hidrógeno verde debería aumentar seis veces para alcanzarse la neutralidad de carbono en 2050, según la Agencia Internacional de Energías Renovables.