Paternidad de Instagram

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Primero fueron las madres compartiendo sus vivencias y saberes. Ahora es el turno de los padres, que también brindan consejos y comentan sus experiencias con miles de seguidores. Un fenómeno que crece y abre nuevos interrogantes.

Por Magalí Sztejn  

Como suele ocurrir en todos los ámbitos de la vida, los jóvenes viven hoy la maternidad y la paternidad de manera más pública. Las redes sociales brindan el espacio ideal para compartir las fotos de los hijos con la familia y los conocidos (y otros tantos más), algo que todo padre, por más reacio que sea a exponer su privacidad, siente el impulso de hacer. No es raro, entonces, después de los treintaipico, “scrollear” y ver en Facebook o Instagram montones de publicaciones de bebés, niños pequeños y familias felices. Pero así como comparten el día a día con sus pequeños, no tienen vergüenza de dar a conocer sus equivocaciones ni sus miedos. Primero surgió la tendencia de las mujeres que hacen catarsis respecto a su flamante maternidad, a la que le siguió otra más novedosa: la de los hombres tomando protagonismo en sus primeros pasos como padres. 

SENTIRSE ACOMPAÑADO

No empezó con el conductor de televisión Alejandro “Marley” Wiebe y su hijo Mirko (que tiene hasta cuenta propia y millones de seguidores), sino un tiempo antes. Quizás cuando los hombres descubrieron que tenían mucho para contar y compartir con un público dispuesto a leerlos y seguir sus consejos. Así, fueron abriendo canales donde hacerlo. Hoy las cuentas son varias y todas presumen, con orgullo, de sus cientos de seguidores. Médicos (@papamedico), creativos publicitarios (@papaseocupa) y hasta actores (@merakio) asumen y, de esta manera, el compromiso de mantener su perfil activo, sabiendo que ya tienen una cantidad de fans a la espera de sus próximos posteos. 

“Armé el canal pensando en lo que a mí me hubiera gustado ver y porque no encontraba otro como el que yo necesitaba. Empezó como una prueba y tuvo una aceptación muy buena. Las recetas que subo, en general, se resuelven muy fácil, para el día a día”, cuenta Maxi Kupferman, creador de @papacocina, un espacio que nació hace ya dos años y donde pudo unir su experiencia como padre de Olivia (que ya tiene cuatro) con sus conocimientos de gastronomía. “En ese momento –recuerda– laburaba en una agencia de publicidad muchas horas y me encontraba con que la gran mayoría de las cuentas que tenían recetas eran de madres y que trabajaban de eso. Tenían mucho más tiempo que yo. Era todo muy aspiracional y con ingredientes que no se encontraban tan fácil”. 

“El rol no es el de ayudar, sino el de compartir la crianza”.
Maxi Kupferman

Desde entonces, el perfil fue creciendo al punto de que ya lo reconocen por la calle. “Me encontré con un mundo que desconocía, pero también me divierte. Desde mi lugar, siento que aporto mi granito de arena para que los papás y las mamás cocinen más en la casa, que dejen de comprar productos ultraprocesados”, dice Maxi, quien cree que la repercusión se ve potenciada por una creciente necesidad de alimentarse de una forma más consciente y saludable. “También me gusta mostrar que los papás nos ocupamos y que el rol no es el de ayudar, sino el de compartir la crianza”, señala. Y es que la idea debió ser conversada previamente con Pilar, su mujer, que no solo le brindó su “apoyo incondicional desde el minuto cero”, sino que ha llegado a escribir sobre temas que la interpelan, como la lactancia, o a corregir textos y dar opiniones. 

Algo similar le pasó a Alejando Castagnolo, más conocido como @unpapaconbarba, quien usa el espacio como un registro del crecimiento de sus hijos, aunque surgió para compartir experiencias, reconociendo que el hombre queda en un rol más relegado en los primeros momentos del nacimiento y de la crianza del niño. El bloguero e influencer reconoce que a la sociedad aún le resulta extraño que un padre exteriorice sus sentimientos o se muestre vulnerable. En ese sentido, expresa: “No creo ser una rareza, tal vez solo fui lo suficientemente caradura como para animarme a mostrarlo”, y sostiene que, al nacer con Internet, sus hijos vivirán la exposición de un modo mucho más natural. 

QUÉ MOSTRAR Y QUÉ NO

Lo cierto es que hoy el crecimiento de las cuentas de padres que comparten sus experiencias es tal que hasta las marcas los comenzaron a considerar para vender sus productos. Marcas de productos de higiene, de alimentos, supermercados, jugueterías y otros los buscan para hacer promociones. De este modo, crecen y se diversifican, ¿pero qué lugar les queda, entonces, a los niños? Kupferman reconoce que el límite de la privacidad es muy difuso: “Las redes –reflexiona– son públicas, pero desde el principio está charlado no sobreexponerla a Oli, porque la cuenta no gira alrededor de mi hija, sino de la comida. Ella aparece, pero no la tiene como protagonista. Eso no me interesa. Tenemos recaudos, aunque uno pasa a ser una persona un poquito pública”.  

Para la psicóloga Alejandra López Bernal Para la psicóloga Alejandra López Bernal, especialista en atención de parejas y familia e integrante del equipo de profesionales de la Asociación Civil Red Asistencial de Buenos Aires (RedBA), cuando  una persona comparte cuestiones de su vida privada en una red social hay distintas motivaciones, aunque advierte en estos casos una necesidad de afirmarse en esa función reciente a través de la mirada de los otros y así sentirse validado socialmente o más confiado en la manera en que está haciendo las cosas. Y describe: “La paternidad es un acontecimiento singular que afecta y conmociona al sujeto psíquica y emocionalmente. Es esperable que haya un sentimiento de inseguridad en todos los papás y al contar o mostrar la vivencia esta disminuye o, simplemente, alivia el hecho de compartir con otros la experiencia”. En cuanto a su repercusión, la especialista observa que “conocer lo que les pasa a otras personas que atraviesan las mismas circunstancias que uno, siempre ayuda, ya sea para aprender algo nuevo, para enterarse de que otro tiene los mismos obstáculos o dificultades y hasta para adquirir modos de resolución”.

“Conocer lo que les pasa a otras personas que atraviesan las mismas circunstancias que uno, siempre ayuda”.
Alejandra López Bernal

Sin embargo, tanto las redes sociales como el rol de los influencers son tan nuevos que aún cuesta prever cómo será su desarrollo en un futuro tanto como sus efectos. Por eso, la psicóloga Daniela de Elorduy aconseja a los padres preguntarse primero si necesitan compartir el material que van a subir y con quiénes. Además, habría que pedirles permiso a los niños antes de publicarlo, si es que ya son conscientes de ello y entienden de qué se trata. “Uno de cada tres padres comparten fotos de sus hijos en Internet. Si bien la mayoría de las veces es por el sentimiento de orgullo que les producen, no llegan a evaluar el potencial daño que pueden ocasionarles. De hecho, no estarían teniendo muy en cuenta la ley que habla del derecho a la privacidad y a la propia imagen”, sostiene la psicóloga Daniela de Elorduy, quien coordina la guardia psicológica en RedBA (que incluye un servicio gratuito de atención telefónica), aconseja a los padres preguntarse primero si necesitan compartir el material que van a subir y con quiénes. 

Además de no estar de acuerdo, la especialista advierte que los menores pueden sentirse expuestos y no considerar las fotos tiernas ni graciosas. Incluso ya existen demandas de menores a sus padres por haber divulgado imágenes suyas sin su permiso. “Desconocemos, a su vez, el uso indebido y hasta delictivo que se puede hacer con las imágenes de niños, niñas, y adolescentes. Si bien duran pocas horas publicadas en algunas redes sociales, el material está disponible para siempre en los servidores, y en el ciberespacio o quizás, al crecer, se avergüencen de esas publicaciones que alguien ha guardado a través de una captura de pantalla”, puntualiza. 

Sin dudas, se trata de un punto para considerar, que preanuncia el debate que se viene. 

LEGALES

El Código Civil y Comercial de la Nación establece que “para captar o reproducir la imagen o la voz de una persona, de cualquier modo que se haga, es necesario su consentimiento”. ¿Pero qué pasa con los pequeños y su derecho a la imagen? ¿Se pueden publicar fotos de los hijos menores de edad en las redes sociales? Hay muchos matices y no existe una única respuesta. Al ser los padres sus representantes legales serán ellos quienes deban determinar lo que es mejor para los niños, actuando siempre desde el sentido común y sin sobreexponerlos. En caso de no haber un acuerdo entre ambos progenitores, se puede recurrir al ámbito legal para determinarse la autorización o prohibición correspondiente.