La energía del viento llega a los hogares

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Con la proliferación de varios parques eólicos en nuestro país, toma protagonismo esta fuente de energía limpia que también tiene aplicación residencial.

Por Denise Destéfano

Al pensar en un molino, lo primero que viene a la mente suele ser un campo y tiempos más tranquilos. Pero si hablamos de energías limpias, entre los molinos tradicionales y los de hoy hay varias diferencias. 

Los actuales generadores eólicos son molinos 2.0 con torres altísimas y aspas enormes y angostas que, de a decenas, decoran los campos de todas partes del mundo. Para captar mayores caudales de viento tienen turbinas muy altas, y esto es posible porque se construyen con materiales cada vez más livianos y resistentes.

Estos aerogeneradores transforman la energía del viento en energía eléctrica. Uno solo puede abastecer a un hogar de una familia tipo en el sur, o bien un conjunto de ellos puede instalarse en alguna zona remota de La Rioja, donde lo único que hay es un tendido eléctrico, y formar un parque eólico que inyecte energía rentable al sistema nacional. 

Con la disponibilidad de recursos naturales de Argentina, las energías verdes tienen un futuro asegurado. En particular, la energía eólica posee mucho potencial en la Patagonia y en menor medida en otros lugares, como la costa sur de la provincia de Buenos Aires, y promete ser fuente de inversiones, locales y extranjeras, y de empleo.

Este sector recibió un fuerte impulso en 2016 con la sanción de la Ley 27.191, que fija como meta que para el año 2025 el país obtenga el 20 por ciento de su energía de fuentes limpias. Hoy, cuenta con casi 1,2 gigavatios (GW) instalados y más capacidad en proceso. Para tomar dimensión, el líder mundial en energía eólica es China, con una capacidad instalada de 221 GW, así que queda un largo camino por recorrer.

De acuerdo con la Subsecretaría de Energías Renovables de la Nación, la Argentina es un destino de interés para la inversión de los grandes proveedores de equipos del mundo, y hay 244 proyectos adjudicados desde 2016 con una oferta total de 6,5 GW de potencia apoyados por el Gobierno nacional. Entre los nuevos proyectos en construcción y los que ya están en operación comercial son más de 150, con inversiones por 7500 millones de dólares. 

Hay proyectos para instalar plantas de montaje de aerogeneradores en Córdoba y en Campana, y ya son una realidad el Parque Eólico Pampa Energía III, en Coronel Rosales, provincia de Buenos Aires, que aporta 53 megavatios (MW) al sistema nacional; el Parque Eólico Mario Cebreiro, en Corti, cerca de Bahía Blanca, que inyecta 100 MW al sistema; Pampa Energía II, en Bahía Blanca, que genera 53 MW; y Los Teros, en Azul, que brinda energía a empresas. También están el parque Manantiales Behr en Comodoro Rivadavia, que ya produce 120 MW; Achiras, en el sur de la provincia de Córdoba, con una capacidad de 48 MW; el parque General Levalle, en la misma provincia; y el Parque Eólico Arauco, en La Rioja, que aporta unos 50 MW. Además, hay emprendimientos de este tipo en Chubut (Parque Eólico Rawson), Santiago del Estero (Parque Eólico El Jume) y Santa Cruz (Parque Eólico del Bicentenario, con una capacidad de 126 MW), y el más grande del país: el Parque Eólico Madryn, con una potencia total de más de 222 MW lograda por 62 aerogeneradores. 

ENERGÍA EN CASA

Más allá de las inversiones millonarias que se realizan en la actualidad, se está dando en los últimos años un uso residencial concreto de esta forma de energía en zonas donde las condiciones de viento son adecuadas y el sol no es la fuente de energía que más abunda. El recurso eólico puede ayudar a producir un ahorro considerable mientras reduce la huella ecológica de un emprendimiento, escuela o familia.

“No hay un desarrollo eólico específico para uso residencial urbano donde haya red eléctrica. En caseríos o en lugares alejados donde no hay red sí podés usar ese tipo de energía, siempre y cuando tengas buen viento”, explica a Convivimos el arquitecto Fabián Garreta, de Sursolar. 

“No en todos lados hay un potencial eólico en el que valga la pena invertir”.
Fabián Garreta

Sursolar es una consultora especializada en diseño bioclimático, eficiencia energética y energías renovables que brinda asesoramiento en arquitectura sustentable, montaje de sistemas de energías renovables, certificación edilicia, docencia y capacitaciones, proyecto y dirección de obra. Garreta contesta desde Neuquén, donde está instalando cuatro aerogeneradores y casi cinco kilovatios fotovoltaicos en un lodge de pescadores cerca del lago Huechulafquen, sobre el río Chimehuin.

“No en todos lados hay un potencial eólico en el que valga la pena invertir. Hay mucho sol en verano en algunos lugares donde trabajamos, por lo que complementamos con energía solar, sobre todo porque aumenta mucho el consumo en esa época”, agrega.

Los aerogeneradores que se usan en baja escala suelen ser de menos de 10 kilovatios. Hay fabricantes locales que trabajan desde hace muchos años en el mercado, y también se pueden conseguir aerogeneradores importados, pero requieren repuestos que pueden no ser de fácil acceso y servicios técnicos especiales que no hacen tan conveniente su uso. 

Sobre en qué medida la energía eólica se emplea en hogares en nuestro país, Garreta explica que “es un mercado en el que cuesta mucho hacer una inversión: el precio de la energía es muy variable. Entonces, muchas veces se tiende a comprar un grupo electrógeno y listo. Un aerogenerador de estos que ponemos nosotros vale 4000 dólares. A eso le tenés que sumar baterías y demás: podés estar en los 6000 dólares en total”. 

El especialista aclara que, aun dadas las condiciones, se debe tener en cuenta que es un recurso “fluctuante”. “Acá podés tener bien dimensionada la operación, pero si no hay viento o la carga en las baterías es baja, debés esperar a que carguen de vuelta o bien tener un grupo electrógeno de apoyo, que es lo más común”. Al referirse a una escala mayor, señala que “donde confluye un buen potencial eólico y la red de energía eléctrica, es negocio. Son inversiones de algunos millones de dólares, pero son rentables en todo el mundo”, afirma Garreta. 

UN GIGANTE EN EL MAR

En el Reino Unido, uno de los grandes productores de energía eólica en todo el mundo, recientemente se anunció la creación del mayor parque eólico marítimo. Hornsea One está a 120 kilómetros de la costa de Yorkshire y promete producir en 2020 nada menos que 1,2 GW, lo que alcanzaría para abastecer a más de un millón de hogares con energía limpia usando 174 turbinas de una altura de 190 metros y 7 MW cada una. Esta es solo la primera de cuatro fases proyectadas en el mar del Norte por esa empresa.