Contra viento y marea

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Ser artista siempre tuvo un ingrediente de “salto al vacío”. Dedicarse a la actuación, a cantar, a escribir, a bailar, a ser músico o fotógrafo, a hacer cine o estudiar arte implicó e implica también hoy (sobre todo hoy) una buena cuota de incertidumbre. 

Todos los artistas, los consagrados y los no tanto, los que dan sus primeros pasos y los que descubrieron recién ahora, en mitad de sus vidas, que no pueden dejar de hacer eso que los hace sentir plenos y felices, todos están tocados por la varita mágica de la pasión –esa cualidad del alma que incendia la existencia y da nuevo sentido a lo cotidiano– y tironeados por lo impredecible.

Este mes, nuestro personaje de tapa es una artista que lucha contra viento y marea. Dueña de una voz prodigiosa, primero se impuso a su propia timidez y luego a los designios de quienes no supieron valorar sus capacidades. Hoy, después de quince años de trayectoria, brilla con luz propia en todos los escenarios. Ángela Leiva nos abrió su corazón y nosotros se lo contamos en estas páginas.

Contra viento y marea también tuvo que plantarse aquel joven cantante impulsor de la trova rosarina, allá por los años 80. Hablo de Juan Carlos Baglietto, el creador de un estilo único que desde el “interior” logró acaparar la escena nacional junto a otros prolíficos músicos de la ciudad que mira al río y la bandera. Lo entrevistamos y nos compartió su emoción frente al desafío de interpretar nuevamente en el teatro la versión musical de El Principito trabajando codo a codo con dos de sus hijos.

Un detalle: les recomiendo mirar y leer el reportaje fotográfico “La otra Santa Catalina”, donde resuenan las voces de quienes trabajaron toda la vida en la estancia que hace 402 años levantaron los jesuitas en Córdoba y que hoy es una de las joyas arquitectónicas declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Y no se olviden: para llegar a la meta o para alcanzar un sueño, siempre habrá momentos en los que tendrán que sortear fuertes vientos y mareas.

Que la disfruten.

¡Buena vida!