Películas “malditas”

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¿Existen films que, por temas que tocan o por algo extraño de la vida, fueron maldecidos? Aquí, algunas películas que se convirtieron en… malditas. 

En agosto llegará a los cines El cuervo (2024), film protagonizado por Bill Skarsgård que cuenta la historia de Eric y Shelly, una pareja que es brutalmente asesinada. Un año más tarde, Eric volverá a la vida y se embarcará en un viaje implacable de venganza en busca de justicia. Basada en la novela gráfica de James O’Barr, esta obra ya fue adaptada a la pantalla grande en 1994 dirigida por Alex Proyas. Y se hizo tristemente famosa porque su protagonista, Brandon Lee, murió en el set en un increíble accidente.

Por esta tragedia, este largometraje entró al panteón de las “películas malditas” del séptimo arte. Pero hay otras que también integran ese listado: James Wan, el director de El conjuro (2013), confesó que una noche estaba trabajando en el guion y su perro empezó a mirar fijamente a un lado de la habitación y gruñir agresivamente, sin que él viera nada. Además, cuando la verdadera familia Perron –el film se basa en su historia– visitó el set de la casa, todos sintieron un repentino e intenso viento helado, pero que no movió ni sacudió ningún árbol de alrededor. 

No hay dudas de que Rebelde sin causa (1955) es un clásico inoxidable, pero muchos de los actores que participaron en él no llegaron a los 45 años: Nick Adams murió de una sobredosis, Natalie Wood se ahogó en extrañas circunstancias, a Sal Mineo lo apuñalaron y, por supuesto, James Dean tuvo un terrible accidente automovilístico que acabó con su vida. 

Si hablamos de películas malditas, El conquistador (1956) es una de las peores. Se eligió como locación el desierto de Nevada, en donde los militares de los Estados Unidos habían realizado pruebas nucleares. Esto resultó en que de las 220 personas que trabajaron en el film, 91 contrajeron algún tipo de cáncer, y murieron 46 de ellas. Entre las víctimas se encuentran John Wayne, Susan Hayward y el director Dick Powell. 

En El bebé de Rosemary (1968), Krysztof Komeda, el compositor de la banda sonora, falleció por un coágulo cerebral. Sharon Tate, esposa del director Roman Polanski, y que estaba embarazada de ocho meses, fue salvajemente asesinada por la secta de Charles Manson. Ah, y años más tarde, John Lennon fue asesinado frente al edificio Dakota, en donde se filmó el largometraje. 

Para finalizar, obviamente tenemos que hablar de El exorcista (1973). Ocurrieron tantas cosas que su director, William Friedkin, le pidió a un cura que exorcizara toda la producción. A saber: se incendió un set sin motivo aparente, se velaron rollos de material ya filmado, gente de la producción y sus familiares tuvieron extraños accidentes, e incluso hubo dudosas muertes de algunos actores.

¿Están malditas estas películas? ¿Es puro marketing? ¿Son fantasías inventadas por la gente? Lo único que podemos decir es que deseamos que ninguna más entre en este nefasto listado.