Pompeyo Audivert: “Vamos al teatro a sospechar de nosotros mismos”

Luego de cuatro temporadas consecutivas, Habitación Macbeth sigue siendo un éxito nacional, y su creador asegura que a la obra le queda mucho tiempo de vida. Actor, director, dramaturgo y docente, no se imagina lejos del ritual del teatro.

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Foto: Cecilia Casenave

Cualquiera sea la ciudad argentina donde Pompeyo Audivert se presente con Habitación Macbeth, al terminar la obra el público estalla en ovación. Es que acaba de ser testigo de la magia teatral, un cuerpo transformándose en otros personajes y un texto universal que estremece. “Qué alegría para el teatro que una obra de Shakespeare, de esa hondura, pueda tener a los espectadores totalmente concentrados, y que luego estalle en un aplauso. En un momento tan dominado por lo mediático, superficial, las redes, lo fugaz, es realmente un logro de las fuerzas teatrales que va en contra de la tendencia histórica”, le dice Pompeyo a Convivimos en la previa de una función en Córdoba. 

El actor es un estudioso de la obra del dramaturgo inglés desde hace décadas, y las ganas de llevar a escena Macbeth era una fantasía que no podía concretar. La pandemia le dio el contexto “claustrofóbico y angustiante” para encarar la adaptación y durante largas caminatas por la playa de Mar del Sur memorizó las casi dos horas de texto. 

Al hablar no mira, sus grandes ojos se pierden en la profundidad de su pensamiento. Mueve sus manos, de largos y finos dedos, como si representaran una escena. Conversar con él es como estar frente al mismo Shakespeare o a cualquier filósofo griego, pues ha desarrollado su propia teoría teatral, “política, poética, artística y técnica” que, con paciencia de docente, explica una y otra vez. Además de actor, dramaturgo y director, Pompeyo es un pensador. 

  • Habitación Macbeth es un éxito, ¿por qué llega tanto?

El éxito tiene que ver con dos asuntos fundamentales. Por un lado, la dramaturgia shakesperiana y los aspectos que revela; por otro, la forma de producción con la que está siendo representada, que es muy singular. Se trata de un cuerpo habitado por todos los personajes de la obra, un cuerpo habitáculo de encarnaciones donde vive Macbeth. Esos dos asuntos entremezclados generan un impacto muy alto en los espectadores y produce en ellos una identificación metafísica. Quedan conmovidos en una escala de su identidad, porque la obra habla de una sospecha existencial que tenemos los seres humanos, de si no estaremos siendo digitados por fuerzas sobrenaturales que nos manejan en un circuito prefijado de muerte y resurrección, una sospecha muy a la griega de que somos actores y de que el mundo es un teatro. 

  • ¿Qué es el teatro entonces? 

Es el lugar donde sondeamos nuestra verdadera identidad y pertenencia, donde se ponen de manifiesto nuestras facultades poéticas y metafísicas, que en el frente histórico están extintas, porque las anula. Se busca en el teatro restablecer esa facultad o esa identidad de la que el hombre se siente exiliado. Vamos al teatro a sospechar de nosotros mismos y a señalarle al frente histórico que es un campo ficcional alineado. 

  • ¿Por qué actúas?

La actuación siempre fue una forma de autoconocimiento, de dar conmigo a otra escala. Se trata de un deseo de otredad, de liberarme del parásito del yo, de poder estar a salvo de esa construcción ficcional que el frente histórico ha erigido en cada uno de nosotros. El deseo de dar conmigo me llevó al teatro. Y efectivamente en el teatro conocí zonas mías que desconocía y que me iluminaron, me llenaron de perspectivas y abrieron en mí la necesidad de estar en el teatro y profundizar en esa investigación.

  • Sos un bicho de teatro…

Sí, y no encuentro más que en el teatro las condiciones de apertura de mi identidad a esos niveles metafísicos y poéticos que me parecen fundamentales. En la televisión no encuentro nada de eso, en el cine tampoco. Son lenguajes que no me interesan, porque están orientados a la reproducción de las orgánicas históricas, son lenguajes espejo. El teatro, en cambio, es un lenguaje vinculado al piedrazo en el espejo, en el teatro se producen fracturas de la ficción del frente histórico.

  • ¿La obra te produce un desgaste físico? 

Me produce un desgaste físico, emocional y energético, es muy intenso lo que sucede ahí. Cuando termina me deja en un estado de gracia, de plenitud, muy limpio, me voy flotando a mi casa.

  • ¿Tenés algun ritual antes de subir al escenario? 

Ejercicios de estiramiento y también una concentración medio religiosa de meditación previa donde intento vaciarme y estar en una disposición más abierta de mí, trato de silenciarme para poder enfocar la obra. Además, siempre subo las escaleras al escenario pidiendo un deseo vinculado a esa noche. 

  • ¿Cómo se sigue luego de un éxito? 

Es cierto que de algún modo me asusta, porque esto que estoy haciendo es muy intenso, es haber llegado a una zona muy elevada. Habrá que ver después cómo sigue mi actividad como actor, pero no dudo de que se va a ir produciendo naturalmente. 

CAFÉ CON HAMLET

“Me gusta el café solo y le pongo manteca, que tiene el gusto de la crema. Prefiero hacer una dieta cetogénica –baja en hidratos de carbono y rica en grasas–, donde eso funciona muy bien”, cuenta Pompeyo.

Mientras sigue concentrado en las funciones de Habitación Macbeth, prepara una versión de Hamlet para quince actores y otro unipersonal sobre textos de Thomas Berger. También, publicó El piedrazo en el espejo, un libro donde desarrolló su teoría teatral, y del que prepara un segundo tomo.