Como freestyler, la improvisación es uno de los fuertes de Lucas Larrazábal Quiñazos, conocido como “Larrix”. Por eso, cuando se sumó al elenco de la obra de teatro musical El principio del fin, su mayor desafío fue memorizar tantos textos y canciones. También le implicó un aprendizaje acelerado de actuación, pues si bien conocía el escenario, era gracias a las batallas de gallo. Habiendo pasado el estreno en CABA y con funciones en ciudades del país como su Córdoba natal, asegura que esta experiencia es una de las más lindas de su vida y que le gustaría que la faceta de actor haya llegado para quedarse. Sin embargo, aclara: “Mi carrera de freestyle es lo principal, es mi gran pasión, mi vida, mi obsesión, pero me encanta que la actuación esté ganando el lugar también, lo estoy pasando espectacular, y quiero convertirlo en una pasión y una obsesión también, ¿por qué no?”.
Entre actuar y rapear encuentra como punto en común “la conexión con el público y con uno mismo”. Además, sostiene que el rap y el freestyle son más que un movimiento musical: “Es una expresión cultural, una cultura con valores y una historia. También podés proyectar un sentimiento, pensamientos, conflictos, y ese poder de expresión del arte en general, en el rap se encuentra de una manera tremenda y a flor de piel”.
- ¿Una obra que recomiendes?
El Principito.
Un grupo de jóvenes atravesados por la desigualdad, la violencia y la necesidad de expresarse. El hip-hop como resistencia e identidad. Inspirada en la obra del rapero venezolano Canserbero. 13 de diciembre, en Teatro Broadway, Av. Corrientes 1155, CABA. 
EL PRINCIPIO DEL FIN
